Oreja y Gil-Robles, decepcionados por el nuevo Tratado de Amsterdam
El comisario de Asuntos Institucionales, Marcelino Oreja, y e presidente del Parlamento Europeo, José María Gil-Robles, se mostraron ayer fuertemente decepcionados por la escasa ambición del nuevo Tratado de Amsterdam. Ambos han representado en la Conferencia Intergubernamental para la reforma de Maastricht a sus respectivas instituciones, las más genuinamente comunitarias.Ante la comisión institucional de la Eurocámara, Oreja sólo elogió el "importante progreso" que supone la incorporación de un capítulo sobre empleo. Y especialmente el que a partir de ahora, la Unión Europea (UE) "dispondrá de una base jurídica específica para adoptar incentivos destinados a favorecer la cooperación y las iniciativas en relación a proyectos innovadores para la creación de empleo".
También salvó de la quema los nuevos artículos que refuerzan los derechos humanos, sobre todo la posibilidad que se abre ahora a todo ciudadano de recurrir ante el Tribunal de Luxemburgo. Y poco más: la Carta Social, el reforzamiento del principio de no discriminación, o las mejoras en transparencia.
Aspectos negativos
Pero incluso en la dimensión social, el comisario destacó "dos aspectos negativos": la desaparición de la protección a la tercera edad y los discapacitados, y la necesidad de unanimidad para tomar medidas de protección social a los trabajadores. Ambas restricciones fueron exigidas por el canciller alemán Helmut Kohl.Todo el resto ha quedado por debajo de las aspiraciones de la Comisión, indicó Oreja a los parlamentarios. Hay "muchas sombras", dijo. Lo "más criticable" es el aplazamiento de la reforma institucional y el mantenimiento casi absoluto de las decisiones que se tomaban por unanimidad En asuntos de Justicia e Interior "hasta el último momento mantuve la esperanza" de comunitarizar completamente esos asuntos. Tras los cinco años en que las decisiones se tomarán por unanimidad, "no queda garantizado" el paso de la unanimidad a la mayoría cualificada.
"La extraordinaria sensibilidad nacional ha jugado en contra de una decisión que era absolutamente indispensable", la mentó, hablando de "tentación renacionalizadora". La UE carece así de medios "para tratar es tos problemas, que pueden agravarse después de la ampliación" insistió. El resultado es "decepcionante e insuficiente".
Si en política exterior los avances han sido escasos, en Defensa, la falta de acuerdo para decidir la integración progresiva de la UEO en la UE indica que no se ha registrado "ningún progreso", según el responsable de la Comisión. También Gil-Robles se mostró muy crítico con los Quince, porque "negocian pensando en sus intereses electorales y en ausencia de alguien que represente sus intereses generales", como el Parlamento, que no dispuso de voto en la CIG.
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