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Beteta ordena restricciones presupuestarias para 1998

José Manuel Romero

Los siete consejeros de la Comunidad de Madrid ya tienen los deberes presupuestarios para el próximo año. Maastrich. seguirá apretándoles el cinturón y recortando su capacidad de gasto corriente y sus posibilidades de transferir dinero a otras instituciones. Tan sólo podrán olvidar los apuros financieros para hacer nuevas infraestructuras (fundamentalmente metro) y para mantener el gasto social. "El capítulo de inversiones no sufrirá la restricción", aclaró Alberto Ruiz-Gallardón a EL PAÍS.El consejero de Hacienda, Antonio Beteta, ya ha firmado la orden sobre elaboración de los presupuestos para 1998, imponiendo por escrito a sus compañeros de Gobierno la "restricción financiera para el cumplimiento irrenunciable del objetivo de déficit establecido en el Tratado de Maastricht".

La prioridad del Ejecutivo regional para 1998 seguirán siendo las "políticas activas de fomento del empleo". Una de las principales promesas electorales de Alberto Ruiz-Gallardón fue la creación de 200.000 puestos de trabajo en cuatro años. En los debates con sus contrincantes políticos amplió sus objetivos a la reducción del paro en 200.000 personas. Del primer compromiso -200.000 nuevos empleos- está muy cerca, pues en menos de dos años hay registrados 131.000 empleados más en la Comunidad de Madrid. Del segundo objetivo -acabar la legislatura con 200.000 parados menos- está muy lejos, pues 23 meses después de ser elegido presidente regional sólo hay 9.000 desempleados menos.

Para continuar con las políticas activas de fomento del empleo, el titular de Hacienda explica al resto de consejeros que los presupuestos de 1998 deberán atender fundamentalmente a programas "de desarrollo de la economía productiva", y pone como ejemplo de estos programas "la inversión en infraestructuras", lo que significa que continuará el endeudamiento multimillonario en la ampliación del metro.

La restricción financiera no afectará al gasto social, pues, si bien, según la orden, no debe crecer, sí se garantiza su mantenimiento en los niveles actuales.

El consejero de Hacienda ha impuesto también para 1998 una reducción en los gastos de funcionamiento de la Administración, salvo los sanitarios, que podrán subir en un porcentaje similar al del producto interior bruto (PIB) nominal. Deberán restringirse además los gastos de transferencias corrientes (dinero que la Comunidad da a los ayuntamientos y otras instituciones para financiar determinados servicios) y las transferencias de capital (dinero que la Administración regional concede a los municipios para nuevas inversiones).

La reducción del déficit público de la Comunidad de Madrid ya tuvo consecuencias en 1996. Durante ese año, el Gobierno regional aprobó un importante recorte presupuestario, próximo a los 25.000 millones, en el mes de junio. Posteriormente, dejó sin gastar más de 50.000 millones de pesetas al finalizar el ejercicio.

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Pese a estos recortes, la Administración madrileña, en manos del PP, no ha renunciado a un fuerte endeudamiento para acometer la ampliación del metro. Este endeudamiento se ha hecho a costa de las empresas públicas, cuyo déficit no cuenta para la convergencia europea.

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