Manos a la obra
FRANCO GONZÁLEZEl autor replica a la tribuna de Sigfrido Herráez Rodríguez, concejal de Personal del Ayuntamiento, publicada el 7 de junio "El acuerdo necesario" y ofrece una visión menos, optimista de la negociación del convenio
La situación idílica que describe el señor Herráez nada tiene que ver con la auténtica que se vive durante estos días en el Ayuntamiento. Dice el señor Herráez que existe acuerdo, aunque las reacciones de CC OO y UGT no proyecten esta imagen. No sé con quién habrá consensuado el concejal de Personal, pero, si estas dos centrales mayoritarias en el Ayuntamiento afirman notables desavenencias, deben entender conmigo que la mayoría de la representación de los trabajadores no han negociado con él. El pasado 30 de mayo, CC OO y UGT finalizan un comunicado conjunto con estas palabras: "Como conclusión, CC OO y UGT certificamos el desacuerdo con la corporación y llamamos a los trabajadores a certificar su rechazo en una movilización que en los próximos días concretaremos, tal y como acordó la asamblea de trabajadores del día 26".Hay cuestiones fundamentales en las que el equipo de gobierno del PP no manifiesta voluntad política de negociación: la reducción drástica de las horas extraordinarias y su transformación en puestos de trabajo. El reciente convenio del Ayuntamiento estipula en su artículo 48, referido a las horas extraordinarias: "Tendrán carácter excepcional ( ... ) sin que puedan ser fijas en su cuantía, ni periódicas en su devengo, no superando en ningún caso cada trabajador el número de 80 horas anuales. (... ) Se creará un puesto de trabajo por cada 800 horas extraordinarias computadas por departamento".
En el acuerdo con los bomberos y los policías, contraviniendo claramente el convenio firmado, se aprobaron horas extraordinarias que podían haber servido para crear más de mil puestos de trabajo. Sólo en policía, por ejemplo, con las 4.241.211.924 pesetas que suponen 1.984.657 horas extras, se podrían haber creado 1.010 agentes en tres años. Por tanto, queda claro que el Partido Popular favorece o perjudica a los trabajadores, en función de sus reales ganas y no de los compromisos adquiridos.
Me cabe una duda que me gustaría despejar, y me dirijo fundamentalmente al señor alcalde, como cabeza visible del PP en el Ayuntamiento. ¿Siguen siendo ustedes miembros del Partido Popular? ¿Están en rebeldía o es otro ejemplo de lo que su partido suele hacer con los compromisos adquiridos: firmar lo que haya que firmar en campaña electoral en la seguridad de que la firma no es compromiso, sino trámite? Lo digo porque, salvo error de información, el señor Aznar y sus dirigentes han avalado un Acuerdo para la Estabilidad del Empleo. El señor Ruiz-Gallardón se ha mostrado muy favorable a dicho acuerdo. El PP en el Ayuntamiento, por contra, nos somete a aprobación propuestas que van en dirección opuesta.
Mi grupo, en cualquier caso, quiere resaltar que existen graves contradicciones en la política del PP. Por decisión política, ratificada por la Ley de Presupuestos, aplicaron la congelación salarial para los funcionarios y trabajadores del sector público. En contra de nuestra opinión y de la autonomía municipal, han considerado que es de obligado cumplimiento y que no tolerarían acuerdos que incumplieran dicho mandato. Sin embargo, cuando les interesa y para quien les interesa, encuentran todo tipo de argucias para infringir sus propias normas. Hacen la ley para aplicar la trampa. Unas veces, con las gratificaciones extraordinarias; otras, la excusa de la productividad, y en otra ocasión, comprando días de libranza por remuneración económica. En cualquier caso, no están midiendo a todos con el mismo rasero. Los funcionarios del Ayuntamiento no tienen, según el PP, los mismos derechos y deberes constitucionales.
De todas formas, si, como afirma el concejal de Personal del Ayuntamiento, el acuerdo es necesario, no queda más que poner manos a la obra y cumplir los compromisos adquiridos en un momento que, sorprendentemente, coincidía con el de la campaña electoral de 1995.
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