Una faena triunfal de Víctor Puerto
La tarde iba de sosa para abajo y en eso llegó Víctor Puerto; y lo que hizo fue poner los tendidos boca arriba. El sonriente Víctor salió a hombros ayer tras una triunfal faena. Lo de triunfal porque antes Joselito estuvo recogido y toreando ensimismado y José Calvo bastante hizo con despachar a los toros más sosos de la tarde.Habían regado el albero; en los tendidos el respetable no estaba porque le amargaran la tarde y empezaron a darle a la cecina, se abrió algún jamón y no faltaron pastelillos y cava. En esto llegó el manchego y a un torito de carril que hacía quinto lo recibió con dos largas cambiadas y le endilgó elegantes verónicas.
Llevó Víctor a Berreón, que así se llamaba el de Guadalest, con gallegos por chicuelinas al caballo y tras el tercio de banderillas esperó al noble torito en los medios. Y el colorao hasta allí se fue. Lo toreó en redondo. Echó rodillas en tierra y levantó a los espectadores que dejaron a un lado la pitanza. Miró al tendido por manoletinas y en fin desempolvó un poco el repertorio que los mandones del escalafón han dejado en un un-dos, un-dos.
Guadalest / Joselito, Puerto, Calvo
Toros de Guadalest, bien presentados, nobles, 5º premiado con vuelta al ruedo.Joselito: media (oreja); estocada y descabello (ovación). Víctor Puerto: pinchazo y estocada (ovación); estocada baja (dos orejas). José Calvo: cuatro pinchazos, estocada -aviso- y dos descabellos (silencio); media (silencio). Plaza de Castellón, 8 de junio. Corrida de beneficencia. Lleno.
A lo que vamos, se tiró el manchego a matar y a volapié le salió un estoconazo, eso sí algo bajito, pero fulminó a su enemigo y llenó los tendidos de almohadillas. Pidieron hasta el rabo. Pero es que el público a esas horas le hubiera dado hasta de las viandas que se degustaban en los tendidos. Negó el presidente, con acierto, el rabo, que cambió también con benevolencia, por una vuelta al que hacía quinto del encierro.
Y poco más pasó. Bueno, Joselito va a entrar poco a poco de nuevo en órbita y ayer toreó para él dos nobles pero sosos toritos. A su primero le cortó una oreja de la que no quiso saber y pronto la rechazó. Son cosas del pellizco. Eso y parar la música cuando parece que va a hacer faena grande. Y de José Calvo apuntar que le tocó el lote más soso y que el valencia no apuntó maneras.
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