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La sangre seguirá corriendo

Juan Carlos Sanz

El régimen del general Liamín Zerual ha logrado concentrar todos los resortes del poder en Argelia: el Ejército, que combate a la guerrilla islamista; la presidencia de la República, dotada de exorbitantes prerrogativas constitucionales, y, desde ayer, la hegemonía en el primer Parlamento pluralista elegido en las urnas desde la independencia. Nadie duda en Argel de que el partido de Zerual, la Agrupación Nacional Democrática (RND), contará en la nueva Asamblea Nacional Popular (Cámara baja) con el apoyo del resucitado Frente de Liberación Nacional, el antiguo partido único, para alcanzar la mayoría absoluta.Reforzado por su victorioso paso por las urnas -y con la bendición de los países occidentales, cuyas empresas participan en la explotación de los yacimientos de petróleo y gas del país- el régimen encabezado de Zerual dispondrá de un cheque en blanco para proseguir su política de erradicación del terrorismo integrista, mientras cierra la puerta a la negociación con el ilegalizado Frente Islámico de Salvación (FIS), el partido más votado en las elecciones abortadas por el Ejército hace cinco años. Previsiblemente, tampoco cesará la violencia que ha venido azotando a Argelia durante ese mismo periodo, y que se ha cobrado más de 60.000 vidas.

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El régimen argelino acapara todo el poder

En el nuevo Parlamento, además, las fuerzas conservadoras (RND y FLN) y las islamistas (Movimiento de la Sociedad por la Paz y Ennahda) han arrinconado a los partidos laicos y de corte europeo: el Frente de Fuerzas Socialistas, favorable al diálogo con el FIS, y la Agrupación por la Cultura y la Democracia, anti integrista a ultranza.

En medio de los recursos que ha anunciado la oposición por presuntas irregularidades en el recuento. de los votos y tras la relativa apatía de los electores en las legislativas, la victoria electoral del partido de Zerual no parece que vaya a cambiar el estado de las cosas en Argelia.

La paz seguirá siendo la principal preocupación de los argelinos, aunque las votaciones se hayan desarrollado oficialmente sin incidentes tras la ola de de la campaña electoral. Ayer, sin embargo, llegó la noticia de que varios habitantes de una aldea de Tlemcen, a unos 400 kilómetros al este de la capital, habían sido secuestrados por un comando integrista.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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