_
_
_
_
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Ciencia y política

Los ensayos para conocer la evolución de la sífilis en enfermos negros norteamericanos no son un acto científico, sino una decisión de un político que despreciaba al ser humano por ser negro. La rotura de piernas a los niños para ver cómo soldaban sus huesos tampoco fue un acto científico, sino la decisión de unos políticos que despreciaban al ser humano por ser judío. El Proyecto Manhattan no buscaba el conocimiento científico de la desintegración nuclear, sino la posibilidad política de utilizarla para matar al "enemigo". La contaminación no es la consecuencia del desarrollo de la ciencia química, sino un acto político que desprecia los derechos de los donde se instalan fábricas sin la depuración de efluentes adecuada, sólo para aumentar los dividendos de empresarios inmorales. Son los mismos actos políticos que autorizaron el empleo de gases en la I Guerra Mundial y en la de Vietnam, o la fabricación de minas saltarinas para fabricar inválidos civiles, en su inmensa mayoría niños.Clinton pidió perdón a los negros sifilíticos que sobrevivieron a la decisión política de sus colegas, mantenida años y años por varios presidentes que también habían sometido a dosis de radiación elevadas a otros norteamericanos, pero lo hizo en nombre "de la ciencia", cuando la responsabilidad fue de sus colegas, que despreciaron los derechos humanos de los negros. Sorprende que esta farsa haya sido aplaudida por todos los medios de comunicación como si fuera un acto de arrepentimiento y de reparación pública. ¡Qué ingenuidad! Fue un engaño más a la opinión pública.

La ciencia busca el conocimiento; por ello, siempre es beneficiosa para ponerla al servicio del ser humano mediante decisiones políticas. Políticas y políticos racistas son los que quiebran la ética del conocimiento al buscarlo a cualquier precio: negros sifilíticos, judíos con piernas rotas, etcétera, o para conseguir cualquier beneficio: agente naranja en Vietnam, dioxinas en Bohpal, minas saltarinas en Angola, etcétera.

El acto de Clinton fue una blasfemia científica porque usó el nombre de la ciencia en vano. En lugar de la simple confesión de culpabilidad por la decisión tomada -¡y mantenida durante decenios por sus homólogos presidentes de Estados Unidos!- que hubiera merecido nuestro respeto, lo que hizo fue acusar a la ciencia que ellos pervirtieron.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

La inmoral colaboración de algunos profesionales que, como esos políticos, despreciaban los derechos humanos no disminuye la responsabilidad del corruptor. Cargue, pues, con su doble pecado: la propuesta corruptora de la ciencia y el pago al científico corrupto.-

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_