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La policía sedó con Haloperidol a un senegalés que fue expulsado de Málaga

Las expulsiones de inmigrantes han provocado de nuevo las críticas de las organizaciones no gubernamentales. Ayer, la Asociación Pro Derechos Humanos (APDH) denunció que a un senegalés se le dio el sedante Haloperidol antes de proceder a su devolución. La Subdelegación del Gobierno en Málaga, aseguró que eso se produjo con autorización judicial y bajo vigilancia médica. La APDH denuncia también que en el centro de internamiento de Capuchinos (Málaga) se producen malos tratos.

Lamine Mbathie fue expulsado el 14 de mayo desde Málaga hacia Senegal. Su historia no sería muy distinta de la de otros senegaleses expulsados desde España de no ser por el Haloperidol. Este fármaco es el mismo que se administró a parte de los 103 africanos que fueron expulsados de España hace un año, en una operación que mereció las críticas de la oposición y del propio Defensor del Pueblo.Representantes de la APDH denunciaron ayer el uso de este tranquilizante y afirmaron que, aunque éste es el único caso del que tienen pruebas, sospechan que es una práctica común".

El subdelegado del Gobierno en Málaga, Jorge Cabezas, negó la acusación y aseguró que el Haloperidol se utilizó con autorización judicial y bajo vigilancia médica en el caso de Mbathie.

Según Cabezas, Mbathie formaba parte de un grupo de 12 senegales llegados a Málaga -desde donde serían devueltos a Senegal- desde Ceuta (nueve de ellos), Algeciras (uno), Málaga (uno) y Linares (Jaén) (el citado Mbathie). Cuando se iban a ejecutar las órdenes de expulsión individuales, cinco inmigrantes -entre ellos Mbathiese resistieron, por lo que un juez de Málaga ordenó su ingreso en prisión."El más benigno"

El juzgado de Linares volvió a ordenar su expulsión y estableció que le acompañara un médico y que se le diera "el tratamiento adecuado para que no se autolesionara ni pusiera en peligro el viaje". Esa orden se trató de cumplir el 21 de abril. Mbathie, según Cabezas, volvió a resistirse, por lo que la policía le administró un tranquilizante, que el subdelegado supone que fue Haloperidol, "porque es el más benigno", dice.

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Tras el incidente, ingresó en prisión. Y un juez volvió a decretar su expulsión, autorizando el uso "de todos los medios de compulsión necesarios". Fue la tercera y definitiva orden de expulsión, que se cumplió el 14 de mayo, sin que fuera necesario el uso de esos "medios" porque Mbathie la aceptó "de buen grado", según Cabezas.

La APDH, sin embargo, afirma que el senegalés recibió patadas en la boca y porrazos en el brazo y que se le llegó a poner una camisa de fuerza. No cree que el uso de Haloperidol en este caso sea aislado y afirma que el también senegalés Moussa N'diaye, expulsado el 23 de abril, "se negó a ser sedado".

La APDH extendió sus denuncias al centro de internamiento de Capuchinos, en Málaga, donde asegura que se producen malos tratos, y a Melilla, donde cinco argelinos han denunciado a la policía local por agresiones. La ONG asegura que han podido comprobar directamente las lesiones a los inmigrantes. El subdelegado del Gobierno negó los malos tratos.

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