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Los generales de Turquía imponen a Erhakan la purga de militares islamistas

El cerco militar al primer ministro de Turquía, el islamista Necmettin Erbakán, se estrecha cada día más. Los 15 generales del Consejo Supremo Militar le sentaron ayer a su mesa durante más de seis horas para imponerle la purga de hasta un centenar de oficiales y suboficiales sospechosos de pertenecer a grupos integristas. El ministro de Defensa, el conservador Turhan Tayan, no movió un dedo en la reunión en ayuda del jefe del Ejecutivo cuando éste tuvo que poner su firma en el documento presentado por los mandos castrenses.

"Tras examinar las amenazas internas y externas a las que hace frente el Estado, y tras discutir sobre cuestiones disciplinarias, el Consejo ha tomado las medidas necesarias", rezaba el lacónico comunicado del Estado Mayor del Ejército difundido por la cadena de televisión NTV, que no precisó el número de militares afectados. La prensa turca, sin embargo, ya había anticipado ayer que entre 50 y 100 miembros del Ejército, tanto en activo como en la reserva, iban a ser expulsados para evitar la infiltración islamista en las Fuerzas Armadas, garantes constitucionales del Estado laico concebido en los años veinte por Kernal Ataturk para la moderna Turquía nacida de las cenizas del imperio otomano.Desde hace tres meses, los mandos militares de Ankara vienen presionando a Erbakan para derribarle del poder sin recurrir a un golpe de Estado. El pasado 28 de febrero ya impusieron al primer ministro -que gobierna en coalición con el conservador Partido de la Recta Vía (DYP), de la ministra de Exteriores, Tansu Çiller- la adopción de un conjunto de medidas para frenar la expansión de las escuelas coránicas y para vetar la presencia de integristas en la Administración. Durante este periodo, tres ministros del DYP han dimitido y una docena de sus diputados han retirado su apoyo en el Parlamento (de 550 escaños) al Ejecutivo, que sólo cuenta ahora con 276 votos.

Çiller pide el mando

La oposición anunció ayer la presentación de una nueva moción de censura. La semana pasada, Erbakan superó ajustadamente otra, con el apoyo de parlamentarios de extrema derecha. Mientras, los observadores políticos de Ankara consideran que Çiller ha exigido ya a Erbakan que le ceda la jefatura del Gobierno como única alternativa a la disolución de la coalición y la convocatoria de elecciones anticipadas.El Ejército turco desencadena periódicas purgas de elementos islamistas infiltrados en sus filas. En la última reunión del Consejo Supremo Militar, el pasado diciembre, ya fueron expulsados 60 oficiales con la firma del propio Erbakan.

La pasada semana, un fiscal del Tribunal Supremo pidió la ilegalización del Partido del Bienestar de Erbakan por considerar que su confesionalidad islámica atenta contra la Constitución y puede llevar a Turquía a la guerra civil. Un clérigo próximo a este partido reclamó el viernes en su predicación en la mezquita la imposición de la ley islámica en el país, por lo que ha sido procesado. "Este tipo de discurso en un lugar público como es una mezquita no sólo es ilegal, sino que afecta negativamente a la paz social", se leía en la acusación formal presentada ante el tribunal.

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