_
_
_
_
_

La sanidad catalana, al borde de la parálisis

Milagros Pérez Oliva

MILAGROS P. OLIVA Convergència i Unió necesita incrementar el presupuesto sanitario de la Generalitat de Cataluña por lo menos en 50.000 millones de pesetas anuales. Mejorar la financiación de la sanidad figuraba entre los objetivos prioritarios de la coalición en la negociación que mantuvo con el PP para la investidura de José María Aznar como presidente del Gobierno, pero éste es el punto en que la coalición nacionalista ha cosechado su mayor fracaso.

El déficit que viene acumulando Cataluña ha colocado al departamento de Sanidad al borde de la parálisis. En 1996 tuvo que aplazar hasta enero el pago de los últimos dos meses por falta de liquidez. La carga financiera se ha comido en los últimos años buena parte de los recursos previstos para inversiones, y los proveedores cobran con 367 días de retraso.Ni el presidente Jordi Pujol ni el consejero Eduard Rius han querido revelar nunca la cuantía del déficit. Sin embargo, un informe realizado por el Grupo Parlamentario Socialista a partir de los datos confidenciales de la Central de Balances, un organismo en el que depositan sus cuentas los centros sanitarios, indica que a finales de 1995 el déficit del departamento de Sanidad ascendía ya a 190.000 millones, al que había que añadir otros 96.000 millones acumulados por los hospitales concertados porque Sanidad les paga tarifas inferiores al coste real de la asistencia.

Más información
CiU obtiene del Gobierno que el presupuesto de Sanidad aumente por encima el PIB

Si se tiene en cuenta que la sanidad representa el 33% del presupuesto total de la Generalitat, se comprende que éste sea un objetivo prioritario de CiU, aunque en esta reivindicación no está sola. Andalucía arrastra un déficit de proporciones similares, si no mayores, y otras comunidades que asumieron competencias más tardíamente van por el mismo camino. La estricta contención del gasto mantenida por la ministra Ángeles Amador en los dos últimos años de la legislatura socialista colocó al Insalud en mejor posición en cuanto a déficit, pero también lo descapitalizó más.

En diciembre de este año concluye la vigencia del actual modelo de financiación, y el ministro de Sanidad no ha formulado aún ninguna propuesta global. Sólo ha avanzado que el actual sistema de reparto, basado sólo en el porcentaje de población, se corregirá con tres nuevos criterios: envejecimiento de la población, docencia y atención de los desplazados.

Un estudio realizado por el economista Guillem López calcula que la aplicación de estos correctivos significará para Cataluña apenas un incremento de 18.000 millones anuales. Hasta los 50.000 que, según CiU, Cataluña necesita queda un largo trecho. Parece difícil, por otra parte, que el Gobierno acceda a reconocer un déficit oculto en sanidad, porque comprometería la imagen de España ante el examen de Maastricht. De modo que la única salida sería acordar para los próximos años un incremento del presupuesto sanitario por encima del PIB. ¿Cuánto? Esa es la gran cuestión. Cada punto que el presupuesto sanitario español crezca por encima del PIB representa un aumento de 35.000 millones a repartir entre todos.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Sea como sea, la Generalitat seguirá teniendo un problema. El modelo sanitario catalán es víctima de financiación insuficiente, como el resto de España, pero todas las fuentes coinciden en que es más caro y acumula un déficit adicional que la Generalitat deberá afrontar con sus propios medios.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_