Alarma de la ONU ante la invasión turca del norte de Irak contra la guerrilla kurda
La espectacular operación turca para destruir de una vez por todas a los separatistas kurdos atrincherados en el norte de Irak amenazaba ayer con arrastrar a los generales de Ankara a una prolongada campaña invasora de impredecibles repercusiones regionales. Cinco días después de la nueva operación de Turquía contra los guerrilleros del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), la revelación de que los muertos bordean el millar era sólo uno de los elementos que alarmaban ayer a las Naciones Unidas. Hasta cierto punto eclipsada por los acontecimientos en Zaire, la enésima batalla contra la rebelión de los kurdos de Turquía adquirió repentinamente dimensiones internacionales que el secretario general de la ONU, Kofi Annan, resumió en un vehemente llamamiento a los generales turcos: "No puedo aceptar una violación de la integridad territorial de un país. Turquía debe replegar sus fuerzas lo antes posible", dijo Annan en una conferencia de prensa en Moscú.Turquía envió mas de 25.000 soldados apoyados por carros de combate, aviones y helicópteros de combate al norte de Irak la semana pasada para tratar de eliminar al PKK de Abdula Ocalán, que desde 1984 libra una cruenta campaña separatista. Citando portavoces militares, la agencia turca de noticias Anatolia afirma que 998 guerrilleros kurdos han muerto en combate. Observadores militares en Ankara creen qué los generales de Turquía -desde hace meses en conflicto con el Gobierno del islamista Necmettin Erbakan- quieren demostrar su poder, incluso a riesgo de arrastrar al país hacia una larga aventura militar.
La verdadera dimensión del conflicto y la escala de los propósitos turcos permanecen en el misterio: Ankara ha impuesto una rigurosa censura de prensa y ha prohibido el acceso de los periodistas a la zona de operaciones "por razones de seguridad nacional".
Escuetos informes obtenidos a través de contactos con representantes del PKK en el exilio en Alemania parecen confirmar la sospecha de que la duración de la operación del Ejército turco es indefinida. Según esas fuentes, columnas de carros de combate turcos siguen cruzando la frontera y avanzando hacia el área de Sinaht, donde los peshmergas (milicianos) del PKK defienden sus bases en las montañas de Bamarni y Matin. Desde uno de sus escondites en Líbano o Siria, Ocalán formuló un nuevo llamamiento a las armas. "Ha llegado la hora de la lucha", declaró a la agencia de noticias kurda DEM.
Rivales históricos
Como tantas veces en el pasado, factores externos financian, arman e impulsan el viejo conflicto kurdo. Turquía está actuando esta vez a favor del Partido Democrático del Kurdistán (PDK), la facción encabezada por Massud Barzani y que pugna por el control del norte de Irak con sus históricos rivales de la Union Patriótica del Kurdistán (UPK) de Jalal Talaban¡.Turquía intentó ayer proyectar una imagen favorable de su más reciente invasión. "La operación no tiene propósito alguno contra Irak. Queremos eliminar a los terroristas del PKK y asegurarnos que el área quedará bajo control de las fuerzas del PDK", declaró Omer Akbel, portavoz del Ministerio de Exteriores de Turquía. Pero la nueva invasión turca interfiere los planes de la ONU para distribuir alimentos y medicinas a sectores afectados por el impacto de seis años de implacable embargo internacional impuesto contra Bagdad tras la invasión iraquí de Kuwait e 1990. El coordinador de la ONU en Irak, Staffan de Mistura, dijo ayer: "Estamos preocupados por los acontecimientos, ya que pueden contribuir a generar una aún más volátil situación en el norte Lo que se necesita es un ambiente más estable para distribuir la ayuda humanitaria".
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