Desbandada de mobutistas
Kabila ha ganado la partida. Sin concesiones. Sus tropas entraron en Kinshasa sin demasiada resistencia. Su política de no hacer concesiones, de no aceptar una autoridad provisional presidida por Mobotu o por cualquiera de sus adlátares, ni siquiera por el arzobispo Laurent Monsengwo, le va a rendir grandes beneficios.Ayer, sin aguardar tan siquiera a que la toma de la capital fuera un hecho, se proclamó presidente de un nuevo país: la República Democrática de Congo. Con Mobutu moría el nombre de Zaire, ese que se ha quedado en propiedad para unirlo al de jefe de Estado.
Ahora, el jefe de los rebeldes tendrá que formar un Gobierno. Se ha dado tres días. Deberá decidir si da cabida en él a fuerzas de la oposición al mobutismo, como el partido del popular Étienne Thisekedi. Kabila tiene ahora la baraja en la mano. Su Alianza de Fuerzas Democráticas de Liberación de Congo-Zaire es la fuerza dominante. Ese Gobierno será el encargado de celebrar elecciones. Según los planes de Estados Unidos y de la ONU, y que fueron la base de las fallidas negociaciones a bordo del Outeniqua, esos comicios tienen que celebrarse antes de 15 meses, y deben ser justos, democráticos y sin exclusiones.
En una de las propuestas de Kabila a los mediadores internacionales, el jefe, de los rebeldes contemplaba una situación bien distinta. Nada de partidos políticos durante dos anos, únicamente su Alianza. Sólo después convocaría elecciones. Para él, la prioridad ahora no es dar legitimidad democrática a un poder que ya ha sido legitimado por las armas. Su prioridad es reconstruir el país.
Kabila sigue fiel el modelo del presidente ugandés, Yoweri Musevini, uno de sus patrocinadores. Éste no tiene partidos, sólo un movimiento más o menos plural que se comporta con un barniz democrático. Con Musevini, Estados Unidos no ha tenido problemas de conciencia. Kabila espera que con él tampoco los haya. Lo contrario de Francia, el valedor de Mobutu hasta última hora, no ve con buenos ojos a este orondo y simpático ex guerrillero llamado Laurent Kabila.
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