Viejos amigos

Como si quisiera apoyar con hechos sus palabras acerca de que el free jazz es un refugio para músicos que no saben tocar blues, Tete se entregó a frasear con líbérrimo talante hasta empaparse por completo de su espíritu. Se lo podía permitir porque junto a él tenía a otro músico que no necesita guiones previos, ni libros de estilo para expresarse con absoluta propiedad.El pianista catalán y Niels-Henning O Orsted Pedersen se intercambiaron el bastón de mando con espontánea cortesía. Pedersen presumió de la afinación exacta y la agilidad felina que ha hecho justamente famosa a la escuela danesa de contrabajo, aunque no pudo entenderse que se resignara a amplificar su instrumento con una pastilla sin escrúpulos, capaz de distorsionar el timbre más pinturero.

Tete, también perjudicado por una sonorización poco cuidadosa, compensó la ausencia de batería con una pulsación más percusiva de lo habitual y un impulso rítmico marca de la casa, exuberante y risueño. Se presentía que por las memorias de ambos desfilaban los recuerdos de tantos conciertos y sesiones de grabación compartidas.