Clamor de "libertad" en la basílica de Harisa

Todo el descontento de los cristianos libaneses con la situación en que ha quedado su comunidad tras el fin de una guerra que se resisten a dar por perdida se puso anoche de manifiesto cuando los miles de jóvenes reunidos en la basílica de Harisa corearon el grito de "liberté", "liberté" (libertad, libertad), hasta el punto de dar un tono de mitin político al acto litúrgico que se celebraba.. Contrastando con la prudencia demostrada por el Papa durante la misma celebración y el resto de la primera jornada de un viaje que ha incluido en sus preparativos la colaboración de las autoridades sirias, el patriarca maronita de Líbano, cardenal Nasralá Sfeir, irrumpió a última hora con un vibrante discurso en el que denunció que los jóvenes cristianos no pueden ya acceder a cargos de responsabilidad en la Administración pública, y pidió que Líbano vuelva a ser "una auténtica sociedad democrática".

Un joven solicitó luego ayuda al Papa para "vencer las dificultades de ser cristiano" en una sociedad "en la que las libertades fundamentales nos son arrancadas una a una" y en la que "ciertas detenciones de jóvenes sólo se explican por razones políticas". El grito de liberté acompañó estas declaraciones ininterrumpidamente durante más de media hora. El Papa, visiblemente agotado, apenas podía contener el bostezo mientras la tensión subía.

Sin modificar el reparto de la cúpula del poder, que tradicionalmente asigna la presidencia de la República a un cristiano, la del Gobierno a un musulmán suhí y la del Parlamento a un musulmán shií, los acuerdos de Tais reforzaron al primer ministro y distribuyeron por mitades los escaños de un Parlamento que, hasta entonces, había sido de mayoría cristiana. Muchos cristianos dicen seguir aceptando las bases del acuerdo, pero no su aplicación al amparo de la determinante presencia militar siria.