Vargas Llosa: "La mejor forma de ayudar, a los peruanos es ayudarlos a liberarse de Fujimori"

ENVIADO ESPECIAL Mario Vargas Llosa, a su regreso a Perú tras siete años de ausencia, no encuentra razones para moderar la contundencia de sus juicios contra el gobierno de Alberto Fujimori, que considera una peligrosa dictadura porque con el autogolpe de 1990, estableció los mecanismos necesarios para ganar elecciones, y se aleja en sus formas de las dictaduras de viejo cuño, acaudilladas por generalotes y gorilas. "Ésta es más digerible para la comunidad internacional y puede tener imitadores en América Latina". Vargas Llosa piensa que, dado el control del Ejecutivo sobre las instituciones, la verdadera oposición a Fujimori son las bombas de Sendero Luminoso y del Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA).

Entrevistado por EL PAÍS en su nueva vivienda del barrio limeño de Barranco, junto al Pacífico, el escritor reconoce los golpes asestados en Perú al terrorismo, una mayor seguridad y orden, y los avances económicos desde su derrota en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de 1990, aunque el beneficio "es solamente para un sector muy pequeño, clase media, clase media alta y el resto del país sigue haciendo un sacrificio enorme para mantener esta estabilidad económica". "Junto con eso", agrega, "lo más inquietante para mí es que la dictadura se ha consolidado, tiene un control muy firme, prácticamente de todas las instituciones públicas: Congreso, Poder Judicial, Ejército, y medios de Comunicación. No hay contrapoder".

Vargas Llosa, de 60 años, evita pronunciarse sobre la veracidad de las imputaciones efectuadas por ex-rehenes del MRTA en el sentido de que miembros del comando que tomó la residencia del embajador japonés en Lima fueron ejecutados, después de rendirse, en el rescate militar del 22 de abril. "No lo sé. No tengo manera de saberlo. ¿Cómo lo podemos saber?", dice. "Pero con las credenciales del régimen, sí se puede creer que el gobierno pudo perfectamente haber determinado ejecutar a los que se rindieron. Se han cometido muchos crímenes aquí de derechos humanos con toda frialdad a través de órganos del propio Estado. ¿Quién puede meter sus manos al fuego por un régimen que ha practicado esos métodos? Y los ha practicado en muchas ocasiones y no sólo contra terroristas, sino contra gente inocente".

Pregunta: ¿Cómo ha encontrado Perú a su vuelta?

Respuesta: Creo que hay unas cambios muy visibles en lo que es actividad económica. Yo tengo el recuerdo de lo que era el Perú en 1990 cuando estaba realmente el país con una crisis atroz, con una hiperinflación, con una caída feroz de los niveles de vida, con un desempleo enorme, con una inseguridad por culpa del terrorismo que hacía pensar a la gente que esto se desintegraba. El cambio en eso es, desde luego, un gran cambio.

P. ¿Y la situación política?

R. Hay un control tan firme de las instituciones que pueden permitirse, pues, dejar que estos órganos de expresión hagan una crítica muy dura. Es decir, que den la apariencia de una sociedad pluralista, libre, democrática y mientras tanto se va preparando la represión con toda una estrategia perfectamente bien definida; el nuevo sistema autoritario que ha inaugurado Fujimori está dando sus frutos. Aunque hay una oposición y gentes que muy valerosamente se enfrentan al régimen, son sectores separados, divididos entre sí y que no llegan a constituir realmente un peligro para este sistema.

P. ¿No hay oposición?

R. Todas las formas de resistencia más o menos efectivas están eliminadas. Como los partidos están muy desprestigiados, no son representativos, han quedado convertidos en mascarones; no hay una base detrás que intimide al régimen. El régimen puede llevarte al Parlamento y decir: 'Mire, escuche: discursos feroces contra el Gobierno'. No puede pasar nada, es una minoría que no consigue que se apruebe una moción. El diario La República denuncia, pero ¿qué significa un periódico? cuando aquí lo que llega realmente al país son los grandes medios audiovisuales, que básicamente son propagandistas del régimen.Mojigangas

P. Entonces, ¿la oposición no tiene posibilidades?

R. Si la oposición no crece, no trabaja de una manera coherente y solidaria como trabajó en Chile, el señor Fujimori puede hacer mojigangas electorales todas las que quiera, no tiene ningún problema, pues eso será un mero trámite formal, una representación sin ninguna consistencia.

P. Se observa en Perú resentimiento contra usted.

R. No descarto que haya gente que siga pensando muy mal de mí porque critico a este régimen que les gusta tanto, pero además aquí tergiversan sistemáticamente mis declaraciones. ( ... ) La mejor forma de ayudar a los peruanos es ayudarlos a liberarse de Fujimori, de Hermoza (comandante en jefe de las Fuerzas Armadas) y de Montesinos (hombre fuerte del Servicio de Inteligencia Nacional). Yo no ataco al Perú, ataco al señor Fujimori.

P. Pero lo cierto es que su imagen ha sufrido.

R. El ciudadano lo que lee es: ese resentido, porque perdió la elecciones, renunció a la nacionalidad peruana y odia al Perú, se hizo español y ahora lo que quiere es que el Perú se hunda, y se arruine. La gente está manipulada y se traga esas cosas.

P. ¿Y el terrorismo?

R. El terrorismo es el gran aliado de una dictadura. La gente, cuando ve bombas, secuestros y asesinatos, probablemente hay un reflejo hacia el orden. Entre el MRTA o Fujimori, pues Fujimori. Al final, los terroristas siempre son muy útiles para una dictadura. La verdadera oposición a Fujimori, pues, son las bombas no la oposición democrática.