Nuestros amiguetes

¡Por fin se descubrió el pastel! El periodismo de investigación, siguiendo la huella del delito, heroico e implacable con los malvados de la tierra, se acaba de apuntar otro éxito descubriendo que entre los famosos 600 expedientes de Hacienda había uno del Instituto de la Vivienda de Madrid (Ivima).Si éste es el amiguismo del que nos acusan tienen toda la razón: somos "amiguetes" de quienes necesitan viviendas sociales. Setecientas se construyeron con los millones no pagados del IVA. El Ivima, como multitud de empresas públicas en España, ha creído siempre que no tiene obligación legal de pagar el IVA como consecuencia de sus obras y nada tiene que ver esto con regalo fiscal alguno.Raro y maravilloso resulta ese periodismo de investigación que, como rara vez ocurre en la ciencia, llega por dos caminos distintos (los del Abc y El Mundo), en el mismo día y hora, a igual y trascendente descubrimiento.

Claro que los incrédulos y malévolos sostienen que esta información, de cuyo secreto responde el Ministerio de Hacienda, o ha salido de las manos del propio Gobierno, o de funcionarios de cuya actuación ilegal responde también el Gobierno. Un Gobierno que, en vísperas de abrir la campaña de renta, sigue ocupando a toda la Agencia Tributaria en encontrar los 600 expedientes de marras, hasta ahora, sin éxito. Como en La quimera del oro, los buscadores se afanan entre la nieve con esfuerzo, pero con menos gracia que Charlot. No es de extrañar, por tanto, que habiendo reestructurado la Agencia Tributaria el 8 de abril pasado, aún no hayan sido capaces de rellenar el organigrama. Ya se ve. Estamos en buenas manos.

Con todo, lo más extraño del asunto no es que el Partido Popular y sus dos periódicos de cámara le quieran montar un escándalo al PSOE, y a quien suscribe, con unos mimbres que demostrarían lo contrario de lo que estos gritones predican, sino que uno de estos periódicos, concretamente el ABC, según es público y notorio en la Agencia Tributaria, sí que tiene un expediente, entre los presuntamente prescritos. En efecto, un "arniguete" tan íntimo del PSOE, como el diario que diríje el maestro Ansón, se beneficia de la supuesta "amnistía fiscal".

¿Qué pretenden esta prensa y los políticos que la avalan? ¿Que vivamos en el disparate? La cosa es bastante más grave. Se trata de pervertir el lenguaje, de que las palabras dejen de ser la pieza clave para la comunicación y el entendimiento entre las personas para convertirse en arma arrojadiza, en insulto y calumnia. Antes de llegar a las manos, antes de pasar a mayores, los hombres siempre abandonan la razón, olvidan las palabras que explican para usar las palabras que insultan. Del entendimiento y la concordia se pasa, así, a la infamia y al odio.

El estado de guerra civil mediática, en el cual se mueven como pez en el agua estos desaprensivos, sólo puede generar rencores y malestar. Un clima indeseable para cualquier Gobierno normal, pero no para un Gobierno cuya agresividad sólo puede tener su origen en el miedo, tan ligado siempre al odio.