La publicidad del tabaco no se puede regular, según un juez de EE UU

El juez federal William Osteen dio ayer una de cal y otra de arena en el cada vez más encendido debate sobre el tabaco. A pesar de que su distrito es Greensboro, Carolina del Norte, tierra tabaquera por antonomasia, el juez Osteen dictaminó que la FDA (la agencia que se ocupa de alimentos y medicinas en EEUU) tiene autoridad para regular las ventas y el etiquetado de las cajetillas de cigarrillos. Este nuevo revés para la industria -y triunfo para el frente antitabaco- se ve relativamente compensado por la segunda parte del fallo: la FDA, según el juez, no puede en cambio regular la promoción y la publicidad del tabaco, uno de los puntos básicos de la estrategia de la Casa Blanca.Como era de esperar, cada "trinchera" realzó la parte favorable del fallo y criticó la parte inconveniente. El presidente Clinton, que cree que se trata de "un combate por la salud y las vidas de los jóvenes", celebró la sentencia, pero anuncio que la Administración recurrirá. la desautorización de la FDA como entidad reguladora en la publicidad del tabaco. La industria, a cambio, prometió recurrir la decisión de otorgar a la FDA poder regulador. La agencia defiende que la nicotina es una droga que crea adicción y que los cigarrillos y otros productos son instrumentos de empleo de esa sustancia adictiva.

Wall Street consideró que en la sentencia -teniendo en cuenta que la industria "jugaba en casa"- pesa mucho más la parte negativa para las tabaqueras, y su cotización sufrió un nuevo revolcón. La número uno mundial, Phillp Morris, perdió 2,25 dólares por acción. En el Congreso, una clase política cada vez más libre de la tradicional hipoteca del grupo de presión del tabaco saludó el fallo con alborozo: "Es un gran día. La industria del tabaco ya ni siquiera puede ganar en su campo", señaló Frank Lautenberg, de New Jersey. "Decenas de miles de vidas pueden ser salvadas gracias a esta decisión", aseguró el senador Ted Kennedy, mientras que el representante Heriry Waxman, pionero en la lucha contra la industria, resaltó que "la FDA tiene por fin un estatuto de autoridad".