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La Comisión Europea duda si publicar u ocultar sus previsiones de noviembre

Xavier Vidal-Folch

La polémica desatada por la publicación de las Previsiones económicas de primavera de la Comisión Europea hace dudar a ésta. Duda si sería mejor la trasparencia o la ocultación de sus próximas previsiones, las de noviembre. Serían las últimas antes de la selección oficial de los países cualificados para el euro. La tormenta política prosiguió ayer, especialmente en Italia, cuyo presidente, Oscar Luigi Scalfaro, se unió a las protestas.

Ya el miércoles, en la presentación del documento, el comisario de Asuntos Monetarios, Yves-Thibault de Silguy, manifestó su incertidumbre sobre la publicación del próximo informe semestral: "Habrá que verlo. Ahora mismo no sé si tenemos obligación jurídica de publicarlo"."Ignoro si servirá para algo", añadió, `dada la cercanía del informe oficial definitivo, que se elaborará en marzo de 1998". Reflejaba así algunos de los argumentos que, en privado, manifestaron en el último Ecofin algunos ministros de Economía partidarios del secretismo.

Las dudas venían alimentadas por la polémica previa a la publicación, especialmente en- Italia. Las previsiones expulsarían a ese país del grupo de vanguardia del euro, con un déficit del 3,2% del producto interior bruto, (dos décimas superior al autorizado) en 1997 y un agravamiento hasta el 3,9% en 1998.

La comisaria Emina Bonino, italiana, calentó el debate el domingo, criticando a De Silguy. Y planteó en la reunión del colegio de comisarios del miércoles fuertes reservas. Al final se saldó el problema asegurando que el documento final no es un "informe político" de la Comisión, sino un trabajo de sus servicios técnicos cuya publicación quedaba autorizada por aquélla. A efectos prácticos, la misma cosa.

La polémica se recrudeció ayer. Se sumó con aspereza el presidente de la República, Oscar Luigi Scalfaro. "Como político, rechazo que la evaluación sea meramente económica, y el mundo político debe rebelarse contra un punto de vista de contables", afirmó en un viaje a Alemania, informa Reuter.

El ministro del Tesoro, Carlo Azeglio Ciampi, acusó a Bruselas de "completa falta de equilibrio", y de usar una metodología más estricta para Italia que para Francia y España. Le coreó el ministro de Hacienda, Vincenzo Visco: "Otros países han sido calificados, incluso antes de adoptar medidas" de ajuste presupuestario.

Por contra, el comisario de la Competencia, Karel Van Miert, declaró a La Repubblica que Italia no debe hacerse la víctima y que la Comisión ha destacado también los enormes esfuerzos de saneamiento de Ciampi. Pero "si el Parlamento los bloquea es que el sistema italiano no funciona, es un sistema que nunca logra mantener sus compromisos", declaró.

En Francia el primer ministro Alain Juppé anunciaba un recorte de gastos para cumplir el techo de déficit este año. Y el director del Banco Central de Austria, Adolf Wala, se distanciaba del Bundesbank, el banco central alemán: "Dentro del Tratado de Maastricht hay espacio político para interpretar los criterios del 3% [de déficit] y del 60% [de deuda]: no son estrictamente tres y estrictamente sesenta", recordó.

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