El Sevilla ve una tímida luz en el pozo
Una tímida luz en el abismo. Es lo que ayer se encendió en e campo de Nervión con el triunfo sevillista sobre un Celta que sólo existió como bloque en los primeros minutos del partido. Un balón de oxígeno para asimilar quince días sin fútbol.El camino es proceloso, las posibilidades de salvación son mínimas, pero la afición, que ayer estuvo entregada al equipo con el denuedo habitual, no piensa en las matemáticas. Entre otras cosas, porque la épica es de letras. La izquierda del griego Tsartas y la cabeza de Salva. Con estos dos argumentos ofensivos inició el Sevilla su acoso a la meta del equipo vigués.
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