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EL FUTURO URBANÍSTICO DE MADRID

Motín en El Pardo

José Manuel Romero

En El Pardo se avecina un motín, según los vecinos. Si Alberto Ruiz-Gallardón pone los pies en este punto de la ciudad, le recibirán con silbidos, como poco. El Gobierno regional ha decidido anular los planes del Ayuntamiento para permitir la construcción de 767 nuevas viviendas en ese barrio. "El Pardo estaba moribundo y la Comunidad de Madrid le ha dado la puntilla", se lamenta Carlos Castaño, presidente del Consejo Ciudadano de El Pardo.Viven aquí 5.000 personas. Están empadronadas en Madrid, pagan sus impuestos en Madrid, estudian en colegios de Madrid y trabajan en Madrid. Pero cada vez se sienten más aislados de la ciudad. A su barrio no llegan los autobuses de la Empresa Municipal de Transportes, ni los especialistas médicos, ni los institutos... y los taxis cobran tarifa especial. Hace más de 20 años que no se construyen casas en este rincón de la ciudad y no tienen ni mercado.

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Ladrillos prohibidos

Las autoridades, primero socialistas y ahora populares, prohibieron los ladrillos para proteger el monte, el principal pulmón verde. Pero el alcalde de Madrid, cansado de oír las quejas de los vecinos, recalificó terrenos para 767 viviendas y prometió que con más población llegarían todos los servicios municipales que anhelan los 5.000 habitantes de un núcleo urbano plantado en medio del bosque mediterráneo.

Carlos Castaño acudió el viernes al Ayuntamiento para pedir explicaciones a la negativa de la Comunidad. "El gerente de Urbanismo, Luis Rodríguez Avial, nos dió un pañuelo para llorar", ironiza. "Sabemos que el Ayuntamiento ha hecho todo lo que ha podido, pero la culpa de la muerte de El Pardo la tiene la Comunidad", dice el presidente del Consejo Ciudadano de El Pardo.

Contraataque

Los vecinos se resisten a enterrar sus ilusiones. Cuando se recuperen del mazazo, saldrán al contraataque. "A partir de ahora, todos los presidentes extranjeros que vienen a dormir al Palacio de El Pardo se van a enterar de nuestros problemas", amenaza Castaño. "Para hacer la M-40, a los políticos no les ha importado el Monte de El Pardo, pese a que los coches hacen mucho más daño que las casas", continúa Castaño. "Vamos a denunciar al edificio de la Guardia Civil, que también está en el barrio y puede ser lesivo para el monte", añade.

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"Vamos a armar el motín se va a enterar hasta el rey", concluye. En su lucha ya tienen un aliado. El alcalde de Madrid anunció el pasado viernes que su gobierno no renuncia a edificar en El Pardo.

Álvarez del Manzano también quiso levantar 950 viviendas en Valdemarín, una zona de Aravaca pegada a la tapia del monte del Pardo. Al otro lado de la tapia corretean los ciervos. La Comunidad ha devuelto este plan al Ayuntamiento para que lo modifique eliminando la mitad de los pisos.

También le devolvió el proyecto de la Mina del Cazador (320 viviendas) porque el Gobierno regional prefiere que esta finca sirva para la ampliación de la Casa de Campo.

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