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La CE prevé que el euro desafiará la hegemonía del dólar en los mercados internacionales

Xavier Vidal-Folch

La moneda única europea desafiará la hegemonía del dólar norteamericano y consagrará un sistema monetario mundial "multipolar". Las exportaciones denominadas en euros coparán el 30% del comercio internacional y la divisa europea se convertirá en una moneda de reserva, privada y pública. Así lo pronostica la Comisión Europea (CE) en el documento Aspectos externos de la unión económica y monetaria, que el Colegio de Comisarios aprobará el próximo miércoles.

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El documento es muy prudente a la hora de cuantificar los beneficios internacionales del euro y de prever la cuota de mercado que disputará al dólar. Pero también es tajante. La aparición del euro -el primero de enero de 1999- se producirá en un momento en que el sistema monetario internacional "ha entrado ya en un período de transición en el que la posición dominante del dólar se esfuma ante un sistema principalmente multipolar". Un esquema de ese tipo no es "intrínsecamente menos estable" que el anterior, pero requiere mayor cooperación entre sus distintos Polos.El euro representará una zona de peso económico equivalente al de los Estados Unidos. En la hipótesis de que todos los países de la Unión Europea acceden a él -la que utiliza la Comisión-, eso supone 370 millones de consumidores frente a 263 millones; el 38,3% del producto interior bruto (PIB) de los países de la OCDE, frente al 32,5%; y el 20,9% del comercio mundial (excluidos los intercambios intracomunitarios), frente al 19,6% de EE UU (véase gráfico 1).

Moneda de referencia

La consecuencia más tangible de la internacionalización del euro será su doble papel como moneda de referencia en el comercio mundial y como activo de reserva en las carteras privadas y públicas. Al ser la moneda de pago del comercio exterior europeo, logrará "reducir los costes de in formación y de uso vinculados a su uso". De forma que "los exportadores y los importadores europeos no deberán soportar más los riesgos de cambio y las coberturas contra esos riesgos".

Pero, además, el euro podrá ser también utilizado como medio de pago en transacciones ajenas a la UE. El texto utiliza una proyección tímida: una utilización equivalente a la actual del marco alemán, es decir el mismo porcentaje entre las exportaciones mundiales denominadas en marcos y la cuota alemana de la exportación mundial, que es un coeficiente del 1,4. A partir de ahí, estima que "un 30% de las exportaciones mundiales" lo adoptarán como referencia.

El área de influencia comercial de la nueva moneda reeditará la del marco: la Europa central y oriental y algunos países mediterráneos y africanos. Pero la transformación de ese impacto regional en una presencia más mundial será gradual.

Algo más rápida se calcula su transmutación en referencia para las carteras privadas y moneda de reserva en las emisiones públicas. Este fenómeno ampliará un proceso ya existente, el de la diversificación. Así, entre 1981 y 1995, las monedas europeas han pasado del 13% al 37% de las carteras privadas mundiales, mientras la cuota del dólar ha descendido del 67% a cerca del 40% (véase gráfico 2). Y la cuota europea en las carteras de obligaciones internacionales se ha duplicado en el mismo período (véase gráfico 3).

Cobertura de riesgo

Es previsible un aumento de estas tendencias. Hoy, una razón de la preeminencia del dólar en las grandes emisiones, es su inferior coste de cobertura de riesgos. "Pero la mayor liquidez y amplitud del mercado en euros podrá reducir ese coste a niveles comparables al del mercado en dólares, conduciendo a una multiplicación de las deudas emitidas en euros", pronostica la Comisión. Ello será más evidente en las emisiones de los países en vías de desarrollo que apenas utilizan actualmente monedas europeas.

También se prevé una fuerte presencia del euro como moneda de reserva de los bancos centrales, lo que prolongaría un movimiento de diversificación ya iniciado. De 1973 a 1995, la cuota del yen en las reservas oficiales ha pasado del 0,1% al 7,4%; y la del marco, del 7% al 14,2%. Mientras, la del dólar ha bajado del 76% al 61,5%.

Fiel a su enfoque de extrema prudencia, el informe se abstiene de evaluar los efectos inducidos por este doble papel internacional del euro sobre el crecimiento de la economía europea. Un asunto que interesa a los académicos, que ha sido objeto de otros estudios y proyecciones por parte de técnicos de la Comisión, que interesa sobremanera a los ciudadanos europeos y que preocupa a buena parte de la élite financiera estadounidense.

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