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El frenazo de las exportaciones redujo el crecimiento de Asia al 7,4% en 1996

Victoria Carvajal

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Las economías de Asia y del Pacífico moderaron su crecimiento al 7,4% en 1996, frente al 8,2% del año anterior, debido a la fuerte desaceleración de las exportaciones. La aplicación de políticas fiscales y monetarias restrictivas, encaminadas a evitar un recalentamiento de algunas de estas economías, también contribuyó a frenar el crecimiento. El informe anual sobre las perspectivas económicas de la región que presentó ayer en Seúl el Banco del Desarrollo Asiático (BDA) recoge la preocupación de los expertos sobre la capacidad para la innovación tecnológica de estos países y su pérdida de competitividad.

El crecimiento de los países en desarrollo de Asia y del Pacífico volvió a superar en 1996 al registrado por el resto de las regiones en desarrollo del mundo. No obstante, el año pasado la región moderó el veloz ritmo de desarrollo que ha registrado en los últimos años. Esta desaceleración, que alimenta las dudas sobre la capacidad de estas economías para mantener su crecimiento en tasas tan elevadas, contribuyó por otra parte a la reducción de la inflación, según explica el Banco del Desarrollo Asiático en su informe. Los precios en la región aumentaron un 6,1 % en 1996 frente al 9,1 % de 1995 y el 10,2% de 1994. "La desaceleración de 1996 no es tan sorprendente como parece, pues era muy optimista pensar que el extrarodinario crecimiento de las exportaciones en 1994 y 1995 pudiera mantenerse de forma indefinida", señala el BDA.

El comercio se frenó bruscamente el año pasado. Según los datos de esta institución, que presta ayuda al desarrollo, las exportaciones de los 13 países miembros más importantes crecieron un 4,8% en 1996, escaso si se compara con el 22,1% de 1995 y el 18,6% de 1994. China y Tailandia sufrieron los retrocesos mayores.

El declive de las exportaciones ha suscitado un profundo debate económico, relacionado con la capacidad de las economías asiáticas en desarrollo para mantener su potencia exportadora, que ha sido el principal motor de la expansión. "A medida que una economía se desarrolla, la capacidad doméstica de innovación tecnológica es fundamental", afirma el banco. "La pregunta esencial es si una gran parte de las economías asiáticas sabrán desarrollar esa capacidad a medida que sea necesaria".

La electrónica

El BDA destaca varios factores para explicar el brusco freno de las exportaciones. La industria de la electrónica, uno de los sectores de exportación claves en la región, sufrió una grave crisis por el exceso de oferta y la fuerte caída de precios en los mercados internacionales, especialmente de los semiconductores.

La apreciación del dólar frente al yen (un 53% entre abril de 1995 y febrero de 1997) ha restado competitividad a los productos de muchos países asiáticos cuyas divisas están vinculadas al dólar. Además, algunos países están empezando a perder la ventaja comparativa en algunos sectores que requieren mucha mano de obra, como la industria textil.

El BDA recomienda la puesta en marcha de reformas estructurales en la región para frenar la desaceleración, por ejemplo, el traslado de la producción que requiere mucha mano de obra a otros países con costes laborales más bajos y la mejora de la productividad doméstica para fabricar bienes de más valor añadido.

En el caso de China, menos dependiente del comercio exterior que el resto de los países socios del BDA por su enorme mercado doméstico, los expertos de la institución son especialmente optimistas. Destacan que el gigante asiático tuvo un "aterrizaje suave" en 1996 tras cuatro años seguidos creciendo por encima del 10%.

Uno de los factores que determinará el patrón de crecimiento de la región es el cumplimiento de las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), a las que el BDA dedica un capítulo especial de su informe. "Asia, cuyo rápido desarrollo ha estado estrechamente ligado al crecimiento de las exportaciones, tiene mucho interés en que el sistema mundial de comercio sea abierto", señala el banco.

Entre las medidas que se han pactado en la Organización Mundial de Comercio, destaca el informe, la de mayor repercusión para la región es la inclusión de los productos textiles y el vestido en las reglas multilaterales del comercio. Los países asiáticos en desarrollo representan el 40% del comercio internacional de textiles. La OMC exige que las cuotas de importación de este sector se eliminen entre 1995 y el 2005.

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