Un plante de Rodríguez Ibarra retrasa el plan gestor de la cuenca del Tajo

La aprobación del plan de gestión de la cuenca hidrográfica del Tajo prevista para el pasado lunes, se quedó en una frustración, a pesar de la apretada sesión de trabajo (de las 10.30 a las 19.30 horas) de los 63 miembros del Consejo de Agua. Estaba hecho. La reunión se presentaba rutinaria pero acabó con el desgaste de los teléfonos de tantas llamadas de consulta al Ministerio de Medio Ambiente y al presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra...Nada más iniciar el orden del día, el representante de la Junta de Extremadura dejó dicho que no reconocía el documento que se les entregaba en ese momento. Era diferente al que ellos habían estudiado y no disponían de tiempo para analizar los añadidos. Votaría en contra de mantenerlo tal cual. El presidente de la confederación, tras evacuar consultas, decidió posponer la votación hasta el viernes para darles tiempo a cambiar de opinión.

Los representantes de Extremadura -en cuyo territorio discurre el 30% de la cuenca del Tajo y donde se explotan algunos de los saltos hidroeléctricos más importantes de España- se llevaron una doble sorpresa.

Por un lado y aunque no resulten los más damnificados, se encontraron con decisiones trascedentales sobre los usos del agua en la cabecera del río. A los embalses de Entrepeñas y Buendía que abastecen mediante el trasvase Tajo-Segura a los regantes de Murcia, Almería y Alicante, se les ha fijado un mínino de llenado por debajo del cual no se podrá trasvasar agua a Murcia, no habrá excedentes. Entre ambos tienen una capacidad máxima de 2.473 hectómetros cúbicos. En tiempos de bonanza hídrica se ha fijado un umbral de 500 hectómetros de reservas. Si el nivel baja no se trasvasará a Murcia. En circunstancias normales ese umbral se reduce a 240 hectómetros cúbicos.

Trasvases mínimos

Durante la administración socialista el equipo de José Borrell se había resistido a Fijar cantidad alguna por el riesgo que conlleva. Tanto más, cuanto en la sequía de hace dos años el Consejo de Ministros autorizó trasvases de socorro a los regantes del Tajo-Segura, cuando los embalses mencionados almacenaban sólo 120 hectómetros cúbicos. Según los expertos hídricos es muy arriegado técnicamente fijar esos umbrales, por mucho que las Cortes de Castilla-La Mancha aprobaran una iniciativa garantista que finalmente es la que la administración del gobierno del PP ha incorporado al plan hidrológico del Tajo.

Fuentes de la Confederación reconocen que esta inclusión es fruto de las negociaciones -que mantienen la ministra Isabel Tocino con el presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, para desactivar la imparable oposición de la región al convenio que firmó en enero con Zaplana sobre el uso del Júcar [el próximo día 23 se ha convocado una manifestación en Albacete donde gobierna el PP].

Aunque este tema no afecta directamente a Extremadura, la Junta se siente molesta por no haberse dIscutido previamente. De igual modo y sin que existan derechos de concesión se han aumentado las garantías de agua para el entorno de los embalses.

La segunda sorpresa es que se ha elevado sin conocimiento previo -según el consejero de Obras Públicas y Transportes, Javier Corominas-, el nivel de tolerancia sobre la calidad del agua del Tajo (después de recoger los vertidos de Madrid, Toledo y Talavera de la Reina) a su entrada en territorio extremeño.

Y por ahí no pasan. "Se han modificado los parámetros sin nuestro conocimiento, fruto quizá de negociaciones bilaterales", afirma Corominas.

El representante de Extremadura se amparó en el reglamento y dijo que no se podía aprobar ningún documento presentado con menos de 48 horas de antelación. De hacerlo votarían en contra. El presidente de la Confederación, José Antonio Llanos (que ha declinado hacer declaraciones) optó por retrasar la votación al próximo viernes.