Rato aplaza la reducción de la presión fiscal a 1999, cuando el déficit baje hasta el 2% del PIB
La rebaja de la presión fiscal prometida por el PP en su programa electoral sólo se llevará a cabo cuando el déficit público sea inferior al 2% del PIB (ahora en el 4,4%). Esto significa, como pronto, esperar al año 1999 si se cumplen las previsiones del nuevo Programa de Convergencia (1997-2000). El vicepresidente segundo y ministro de Economía, Rodrigo Rato, acudió ayer al Congreso para explicar el programa español para el euro, y cosechó el respaldo de todos los grupos parlamentarios, salvo IU. El gasto social se recortará en medio punto, debido a que el gasto en seguro de paro se reducirá al crecer el empleo. CiU lanzó una nueva propuesta: que en los próximos dos años se den facilidades para que aflore la economía sumergida.
Rato acudió ayer a la Comisión de Economía del Congreso con el viento a favor de una buena coyuntura económica y la rebaja de los tipos de interés aún callen te. Se trataba de recabar el apoyo de los grupos parlamentarios a un Programa de Convergencia que, según sus palabras, "no implica esfuerzos". Al contrario, promete la creación de un millón de empleos, no castiga la inversión pública, rebaja la presión fiscalTodos los grupos, salvo IU, le dieron ese respaldo que se concretará en unas resoluciones que previsiblemente se aprobarán el próximo lunes. El reciente acuerdo entre el Gobierno y el PNV sobre el cupo vasco y el inminente pacto con CiU sobre la sanidad, han alimentado la buena disposición de los socios del Gobierno. Por su parte, el PSOE no abandona el barco del euro, entre otras razones porque entiende que la buena cosecha de ahora responde a una siembra anterior.
Todo ello contribuyó a que el debate fuera esencialmente sosegado e incluso trascendente, lo que no fue óbice para que casi todos los grupos plantearan sus cautelas a las previsiones del Gobierno. El vicepresidente segundo y ministro de Economía, Rodrigo Rato, correspondió a ese talante y ofreció en su intervención un mayor detalle y un más alto grado de compromiso sobre un programa que ha sido criticado por su falta de concreción.
Por ejemplo, explicó en qué momento el Gobierno entiende que puede rebajar la presión fiscal -la principal promesa electoral del PP- asunto que hasta ahora había permanecido en una confusa nebulosa. Rato aseguró que la presión fiscal "se reducirá a partir de 1999, cuando el déficit público se sitúe en el 2% del PIB". La principal medida para conseguirlo será la rebaja del impuesto sobre la renta.
El debate sobre los gastos sociales produjo la única subida de tono en el debate de ayer. El portavoz socialista en la Comisión de Economía, Juan Manuel Eguiagaray, explicó sus "serias dudas" sobre que sea posible "reducir la presión fiscal y el déficit público sin afectar al gasto social". Francesc Homs, portavoz de CiU, recalcó por su parte que las partidas sociales, en especial la sanidad, "no podrán reducirse".
Rato contestó a Eguiagaray: "Ustedes se han pasado la vida diciendo que no íbamos a pagar las pensiones y ya ve que las estamos pagando. Es posible que con este argumento consiguieran ganar algunas elecciones pero las últimas las han perdido, así que a ver si dejan ya de decir lo mismo. Ya está bien". El vicepresidente explicó que la principal apuesta social es el empleo y que este objetivo está incluso por encima del proyecto de integración europea.
Economía sumergida
Éste es el argumento que explica que el Programa de Convergencia prevea que el gasto social baje en medio punto su peso en relación al PIB en los próximos años. Si hay más empleo bajará el gasto en las prestaciones por paro. Este ahorro reducirá el gasto social e incluso dará para aumentar las partidas destinadas a sanidad, educación y pensiones, según el plan del Gobierno.
La posición de CiU fue laudatoria respecto del contenido del plan, aunque pidió un mayor rigor en el control del gasto público. Homs solicitó también que "no se centrifugue" el déficit público desde el Estado hacia las autonomías y los ayuntamientos. El diputado catalán propuso que en los dos próximos años el Gobierno habilite medidas "administrativas, fiscales y laborales" para la puesta al día de las empresas más o menos sumergidas.
El portavoz del PNV, Joxe Joan González de Txabarri también apoyó el plan aunque advirtió sobre unas previsiones un tanto elevadas" lo que puede crear falsas expectativas". IU fue el único grupo que rechazó el Programa de Convergencia por representar "un ajuste encubierto y cada vez más duro", según su portavoz Felipe Alcaraz.
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