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Los universitarios que fracasan en la carrera consumen la mitad de los presupuestos

Auditoría de Coopers & Lybrand para la Universidad Pública de Navarra

Los universitarios que abandonan la carrera y aquellos otros que pasan anos y anos sin progresar en sus estudios consumen hasta el 50% de los recursos económicos de las universidades creadas recientemente. Un estudio del grupo de consultoría universitaria de Coopers & Lybrand, realizado por encargo de la Universidad Pública de Navarra (UPNA), ha puesto de manifiesto el elevado coste que para las arcas universitarias suponen los malos estudiantes y los que dejan sus estudios sin título alguno.

La auditoría de la consultora demuestra que, desde que comenzaron las actividades académicas de la universidad navarra, en el curso 1989-90, de un total de 13.300 alumnos de nuevo ingreso, 4.830 (el 36%) se han visto afectados por el denominado embolsamiento. De ellos, 2. 101 (el 16% del total) no consiguieron obtener su titulación en los plazos previstos por el correspondiente plan de estudios y aún continúan su formación en la UPNA, mientras que otros 2.729 (el 20%) abandonaron sin terminar la carrera.

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El análisis presupuestario es aplicable a otras universidades creadas en la última década -no a las más antiguas, cuya evolución no permite hacer paralelismos-, según el presidente del Consejo Social de la Universidad Pública de Navarra, el arquitecto Fernando Redón. De los 21.856 millones de presupuesto total de la UPNA desde su fundación, 10.753 millones (el 49%) se han gastado en alumnos embolsados y en abandonos, 6.711 millones (el 31% del total) durante su formación ordinaria y 4.042 millones (el 18% del total) en inversiones adicionales fuera de los plazos marcados por los planes.Si el análisis presupuestario se refiere al apartado estrictamente docente, las cifras serían de 15.326 millones de pesetas en total, de los cuales 7.540 millones (el 49%) se han gastado en los alumnos que renunciaron a alcanzar sus titulaciones y los embolsados que aún pululan por los pasillos del entramado arquitectónico diseñado por Francisco Javier Sáenz de Oiza.

El estudio de Coopers & Lybrand fue encargado como parte de una estrategia para elaborar un nuevo modelo que limite la permanencia de los alumnos en esta universidad, una de las dos de la comunidad navarra (la otra es privada y pertenece al Opus Dei).

El Consejo Social de la UPNA tiene previsto estudiar hoy los tres modelos de permanencia recogidos en el estudio. La empresa consultora recuerda que sólo tienen normas de permanencia propias 18 de las 48 universidades públicas españolas (la UIMP y la Internacional de Andalucía concentran sus actividades en los cursos de verano), mientras que otras tres cuentan con propuestas formales en proceso de aprobación.

Asimismo se destaca que, por lo general, las disposiciones para continuar los estudios son notablemente más exigentes en países como Gran Bretaña, Francia, Alemania, Holanda o Bélgica.

En la Universidad Pública de Navarra hay una gran preocupación por el alargamiento de la estancia de muchos estudiantes, con el consiguiente gasto adicional. "Analizar cuánto cuestan los malos alumnos es siempre un tema delicado", señala Redón, presidente del consejo social, del que forman parte 12 profesionales ajenos a la UPNA y ochos miembros del cuerpo universitario. "Pero el dato está ahí, y ha surgido al estudiar un régimen que limite la permanencia de alumnos, un paso previo muy importante para diseñar el modelo universitario deseado".

41,8% de éxito

El informe de la asesoría ha descubierto que el nivel de éxito académico es únicamente del 41,8% en esta joven universidad, que actualmente tiene 10.066 estudiantes y cinco centros de estudios: dos escuelas técnicas superiores (Ingeniería Industrial y Telecomunicaciones, e Ingeniería Agrónoma); dos facultades (Ciencias Económicas y Empresariales, y Ciencias Humanas y Sociales), y una Escuela de Estudios Sanitarios.De los 8.304 titulados potenciales de la Universidad Pública de Navarra (alumnos que deberían haber terminado en el plazo establecido), apenas 3.474 han acabado a tiempo sus estudios, lo que supone un índice de éxito académico del 41,8%. En términos porcentuales, los estudiantes embolsados se llevaron el 30,7% del presupuesto durante su formación ordinaria y el 18,5% de inversión adicional posterior, mientras que los titulados supusieron para el centro universitario un gasto del 24,9% del presupuesto total, y los estudiantes aún en formación y no desfasados han requerido el 25,9%.

En esta universidad, el número de años invertido hasta el momento por los malos estudiantes para obtener su titulación ha sido de 5,5, frente a la media de 3,4 años requerida por los planes de ciclo largo y ciclo corto considerados de forma conjunta.

Una de las mayores sorpresas que se llevaron los miembros de la comunidad universitaria durante la fase previa de consulta para la elaboración del informe fue conocer que el 6,7% de los alumnos de todos los cursos de la Universidad Pública de Navarra suspendió el pasado año todas las asignaturas incluidas en su matrícula. Eso supuso que 638 personas no aprobaron ese curso absolutamente nada.

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