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FÚTBOL 32ª JORNADA DE LIGA

Goleada del Valladolid al Valencia

El Valladolid celebró su partido número mil en Primera División con una goleada extraída de un partido soberbio, con cuatro goles magníficos y con la recién adquirida sensación de que mantener sus señas de identidad puede ser un arma suficiente para clasificarse para la Copa de la UEFA. El Valencia dejó en Valladolid el poco crédito que le quedaba, vivió el choque sin ningún orden, recibió una sucesión de zarandeos y amplió su larga lista de mediocridades de esta temporada.El Valladolid ha entrado en la última fase del campeonato con la tranquilidad que le da haber cubierto sus objetivos prioritarios. Ayer, en el inicio, obró con cautela y comenzó la búsqueda de las fisuras del Valencia. La grieta se abrió rápido y lo hizo por los senderos que mueven habitualmente el fútbol del Valladolid, por los de la velocidad y el contraataque. Una pared entre Edu y Víctor y un pase al hueco aprovechado por Fernando colocaron en el marcador una diferencia que pronto se mostró insalvable, más por los múltiples vicios adquiridos por el Valencia que por la continuidad en el esfuerzo del Valladolid, que decidió encarar la hora y cuarto que quedaba dejando que fuese el equipo de Valdano quien tomase iniciativas.

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Y el Valencia lo hizo, tomó la posesión del balón pero todo lo que fue capaz de practicar fue un ejercicio de impaciencia y de impotencia, tan lento y tan desnortado, que terminó en desastre. No disparó una sola vez entre los tres palos, no puso peligro en ninguna de sus acciones, y poco a poco fue resumiendo los defectos que le han alejado de sus objetivos iniciales. El equipo de Valdano tenía en el campo demasiados defensas, demasiados delanteros y nadie que pusiese orden en el juego.

El encefalograma futbolístico del Valencia quedó plano cuando el Valladolid regresó al partido, y en otro rápido contraataque desmontó definitivamente al rival. En 45 minutos había marcado tres goles, había barrido al Valencia y se había metido en la lucha por la Copa de la UEFA. El partido estaba ya muerto y sólo sirvió para que el Valladolid marcase un gol más y diese otro barniz a la victoria más hermosa de la temporada.

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