Una milicia del norte de Albania expulsa a tiros al primer Fino

Mientras que los países que van a componer la fuerza de paz tratan de evitar ser destinados al sur de Albania, la zona donde se han hecho fuertes los alzados en armas contra el presidente Safi Berisha, el norte, no parece mucho más seguro. El primer ministro albanés, el socialista Bashkim Fino, lo pudo comprobar ayer cuando se dirigía en automóvil a la ciudad de Shkodra para celebrar una reunión con las autoridades locales y fue recibido a tiros por una cincuentena de hombres armados. Los disparos, pese a que se efectuaron al aire, le obligaron a dar la vuelta. Shkodra es la principal ciudad al norte de Albania y uno de los bastiones anticomunistas (los socialistas son ex comunistas reconvertidos) y plaza fuerte del conservador Berisha.Fino, impuesto por las circunstancias como primer ministro de un Gobierno de reconciliación nacional, no es demasiado popular en esa zona del país. Ayer efectuaba su primera visita a Shkodra desde que fue elegido para el cargo. En el norte también se han producido asaltos en los cuarteles para hacerse con armas de la policía y del Ejército, pero los motivos son diferentes. En el sur esas armas se empuñan contra Berisha y en el norte están cargadas en su defensa.

Niños por la paz

Desde el comienzo de la rebelión, hace más de un mes, 300 personas han perdido la vida en diversos incidentes armados. Ayer, en Tirana, un centenar de niños se manifestó por la paz. Se trató de una iniciativa de Unicef para llamar la atención sobre los niños muertos y la existencia de numerosos jóvenes armados con fusiles Kaláshnikov. "Rendid las armas y organizaos para ayudar a Albania", dijo Larisa Gjinani, una muchacha de 14 años, encargada de soltar una paloma, símbolo de la paz. A esta manifestación no acudieron niños del sur. "Hubiéramos deseado estar en Tirana", decían los de Gjirokastra, una de las localidaddes sureñas en manos rebeldes, en una carta. "Ésta es una guerra absurda en la que las víctimas son los niños".En el frente diplomático, Italia prosigue sus trabajos para ensamblar la fuerza que acudirá en los próximos días a Albania. El presidente italiano, Oscar Luigi Scalfaro, apeló ayer a la unidad de los italianos en tomo a esta fuerza, cuya misión calificó de "delicada". Las palabras de Scalfaro son la respuesta a la decisión de Refundación Comunista, partido que apoya al Gobierno de centro-izquierda de Romano Prodi, de mantener su veto al envío de la fuerza. El ministro de Exteriores, Lamberto Dini, dijo ayer que esto no modifica los planes de enviar una fuerza de 2.000 soldados.

Grecia ha reiterado su disposición de desplegarse en el sur (donde está la minoría griega), aunque prefiere el centro. El problema es que "todo el mundo quiere actuar allí", dice el ministro griego de Defensa, Kis Tsohatzopoulos.