Las nucleares españolas aumentarán su potencia en 600 megavatios hasta el año 2003
Se requerirá una mejora de los equipos y de la fuerza térmica del reactor
Las centrales nucleares españolas prevén aumentar paulatinamente su potencia eléctrica en 600 megavatios, equivalentes a la de una planta de tamaño medio, hasta el año 2003, según se recoge en el Plan Estratégico Conjunto, que han redactado las empresas eléctricas integradas en Unesa (Unión Eléctrica Española). De momento han empezado seis centrales. Con ello, la producción del parque nuclear español pasará de 7.400 megavatios hasta 8.006 megavatios. La inversión inicial se cifra en unos 48.000 millones, a razón de 80.000 pesetas por kilovatio instalado.
Este incremento de potencia se divide en dos fases, la primera mediante la optimización o sustitución de los principales equipos de las centrales (turbinas y generadores de vapor) y la segunda con el aumento de la potencia térmica del reactor, que deberá autorizar el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN).Algunas plantas atómicas, Ascó (Tarragona) y Almaraz (Cáceres), ya han cambiado sus generadores de vapor (donde se produce el intercambio de calor del circuito radiactivo y el convencional), lo que les ha permitido incrementar su potencia en un 3% aproximadamente. La sustitución de los generadores (tres por unidad) no estaba contemplada en un principio, pero un defecto de diseño -la corrosión de los tubos interiores- ha obligado a las empresas propietarias de las plantas a, llevarla a cabo.
En otras centrales, como Vandellòs II (Tarragona), el incremento de potencia en 5 megavatios se ha conseguido mediante la reducción de las pérdidas de calor en el circuito primario (el no radiactivo).
Periodo de vida
Las centrales han conseguido también alargar el periodo de vida útil del combustible del reactor, mediante una mejor distribución de los elementos en el núcleo. Con ello, las paradas por recarga se realizarán cada 18 meses, en vez de cada año como sucedía hasta ahora.Otra de las mejoras a implementar será la sustitución de las turbinas, tanto los cuerpos de alta como de baja presión, en Ascó, Vandellòs y Almaraz, lo que permitirá un mayor aprovechamiento del vapor y reducirá las pequeñas fugas que se producían hasta ahora. Durante este mes, el grupo primero de Ascó aprovecha la parada de recarga para cambiar la turbina de baja presión. Con ello, las dos plantas de Ascó habrán completado su proceso de modernización de equipos con un incremento de potencia por unidad de 38 megavatios. Las empresas propietarias de la central verán incrementados así sus ingresos en más de 2.000 millones de pesetas anuales.
Sin embargo, el mayor incremento de potencia hasta el año 2003 se realizará mediante el aumento paulatino de la potencia térmica del reactor, es decir, la capacidad de producción de calor, hasta un 108% en la mayoría de centrales. Por el momento, tan solo Cofrentes tiene autorizado un aprovechamiento del 102% y ya ha solicitado al CSN poderlo incrementar hasta el 104,2%.
El resto de centrales todavía no han pedido los permisos al CSN, pero todas ellas tienen redactados los planes de viabilidad. Tan sólo la central José Cabrera (Guadalajara) no tiene previsto ninguna modificación de su potencia inicial.
Para Ignacio Lequerica, subdirector de centrales nucleares del CSN, no existe ningún riesgo en el incremento de la potencia térmica del reactor "pues para llegar hasta esete punto hemos tenido en cuenta todos el espectro de posibles accidentes lo que nos permite ser más precisos en cuanto al comportamiento del reactor". El CSN requerirá también a las centrales que realicen diversas pruebas del funcionamiento de los sistemas, bajo la inspección del técnico residente del Consejo en cada planta.
Un estudio de Ramón Sabaté, ingeniero de Vandellòs II, considera factible un aumento de hasta 900 megavatios, lo que permitiría reducir el coste global de la energía nuclear generada (en la actualidad es del 34%) y mayor independencia energética.
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