"La costa es un inmenso coladero"

Las embarcaciones desaparecen a veces misteriosamente del puerto de Mulay Busselham, una pequeña población costera en la carretera de Tánger a Rabat. Los pescadores aseguran a media voz que la barca ha sido vendida ilegalmente a las organizaciones dedicadas al transporte de inmigrantes ilegales. Ellos se cuidan de llevar las barca dentro de camiones hasta las playas más cercanas a las costas de España, donde esperan ya los viajeros, reclutados en los pueblos del interior de Marruecos, por vendedores profesionales de sueños. Allí empieza un viaje accidentado que puede acabar en la nada.Es imposible cerrar la frontera por el norte y evitar la presión de los clandestinos. Todos los observadores coinciden en esta apreciación, mientras algunos de ellos se preguntan intrigados cómo o por dónde entran en la región del Rif, en el norte de Marruecos, una nueva raza de cabras originarias de Granada. Con la misma perplejidad continúan preguntándose por dónde han entrado vacas, al parecer nacidas en el este de Europa, que han empezado también a pacer al otro lado de la frontera de Melilla.

"Todo eso demuestra que la costa es un inmenso coladero", afirman responsables consulares.