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La 'traición' de un fabricante aviva en EE UU la guerra contra el tabaco

California lanza una durísima campaña publicitaria contra el hábito de fumar

Un vaquero -evocación del hombre de Marlboro- le dice a su compañero: "Bob, tengo enfisema". En una historia diferente, otro malencarado cowboy atrapa y acorrala una manada de chicos y chicas. Cuando la puerta del corral se cierra y quedan dentro los asustados adolescentes, se escucha una voz que dice: "Gastan millones tratando de empujarte a que fumes. Porque una vez que te tienen donde te quieren tener... eres su alimento". Son dos de los anuncios de la campaña contra el tabaco lanzada en California tras el terremoto causado por la admisión del Grupo Liggett de que la nicotina provoca adicción y cáncer y que colaborará con la Justicia, lo que ha avivado extraordinariamente la guerra antitabaco.

La campaña ha conseguido llamar la atención antes de su lanzamiento por la parodia de los cowboys y, sobre todo, por las imágenes de Debi. Debi es una mujer de 46 años -aunque en pantalla parece mucho mayor- que cuenta que fuma desde los 13, que intentó dejarlo pero no pudo y que perdió la laringe por cáncer de garganta en 1992. A continuación, mira fijamente y afirma con el susurro ronco de la traqueotomía: "Dicen que la nicotina no es adictiva".El horrorizado espectador contempla entonces cómo Debi se lleva un cigarrillo encendido al orificio que tiene a la altura de la tráquea y aspira el humo con un sonido estremecedor. Después de expulsarlo por la boca, Debie se pregunta: "¿Cómo pueden decir algo así?".

La serie de anuncios en carteles, radio y televisión tiene un presupuesto de 22 millones de dólares (3.190 millones de pesetas), financiado gracias al impuesto especial de 25 centavos por cajetilla que los votantes californianos aprobaron en 1988. Su lanzamiento se justifica por el hecho de que California no se ha sumado a los 22 Estados que demandan a las tabaqueras debido a su legislación.

Mientras tanto, todavía no se ha apagado el estruendo causado por la traición de Liggett, quinto grupo en la industria del tabaco de EE UU: el reconocimiento público de que el tabaco crea adicción y puede causar cáncer, la admisión de que se hacen. campanas específicamente dirigidas a enganchar a los jóvenes, la entrega de documentos que prueban todo lo anterior y el pago de una indemnización para reparar los daños causados a los presupuestos de salud pública, son precedentes de una magnitud extraordinaria para la larga batalla jurídica, económica y política que se libra en la sociedad de EE UU.

La traición del Grupo Liggett fue recibida ayer con entusiasmo por los fumadores británicos que, han llevado a los tribunales a compañías de tabaco nacionales tras ser diagnosticados como enfermos de cáncer de pulmón, informa Lola Galán. El Reino Unido es uno de los países europeos donde más arraigada está la campaña antitabaco, pese a lo cual las estadísticas señalan que hay 12 millones de británicos adictos a la nicotina. Hasta ahora, 23 ex fumadores enfermos de cáncer de pulmón se han querellado contra las firmas Imperial Tobacco y Gallaher.

En Holanda las autoridades también han lanzado una dura campana contra el tabaco para frenar el aumento del número adolescentes que fuman.

En Suiza, un nuevo estudio del Instituto de Medicina Social Preventiva de Lausana recuerda que los cigarrillos denominados light (bajos en nicotina) no disminuyen el riesgo de contraer cáncer.

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