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Crítica:ROCK
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Jackson Browne se queda

Estrenando su condición de vecino en nuestro país, Jackson Browne ofreció en Madrid un delicado recital en el que la placidez y la calma existencial estuvieron claramente representadas en el hecho singular de que la gente accedió sin reparos a sentarse ordenadamente en el suelo, para presenciar -y dejar presenciar- la actuación. Aquello, más que una sala de conciertos, hubiera podido parecer una fiesta universitaria, de no ser porque la audiencia que llenaba el recinto se encontraba más cerca de la cuarentena que de la veintena y eran todos seguidores avezados de este veterano cantautor de impertérrito flequillo.Flanqueado por un impresionante y envejecido David Lindley -con quien empezara a colaborar musicalmente en 1973-, capaz de arrancarle un acompañamiento a cualquier tipo de instrumento musical que cayera en sus manos, Browine dio un entregado repaso a algunas de las canciones que han marcado toda una larga carrera iniciada a mediados de los sesenta y jalonado de títulos míticos los 11 elepés que la componen. Temas inolvidables para cualquier conocedor de la obra de este intérprete y compositor, como For everyman, Loveless avenue, Miles away o el que habría de suponer el primer éxito del grupo Eagles, Take it easy, fueron tomando color e inundando una atmósfera proclive a los sonidos de terciopelo.Browne estaba estupendo de voz, aparte de que a sus 48 años se conserva de un modo totalmente envidiable, y se le veía feliz al comprobar cómo se producía la inmediata conexión entre él y su público español. Del mismo modo, el excelente sonido contribuyó a que se pudiera. extraer toda la sustancia a un material acústico en el que cada matiz enriquece la percepción. La cosa acabó como tenía que acabar: con la interpretación que más popular le ha hecho y que, curiosamente, no es suya sino de un grupo de los sesenta. La canción se llama Stay y funcionó perfectamente como el símbolo de que Browne va a quedarse con nosotros. Al menos, una larga temporada.

Jackson Browne y David Lindley

Jackson Browne (voz, guitarra y teclados), David Lindley (voz, guitarra, laúd, violín y slide guitar). Sala El Sol. 3.500 pesetas. Miércoles, 19 de marzo.

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