Baker, en el Sáhara
LA TAREA es ardua, pero si James Baker no consigue acercar a las partes enfrentadas en el conflicto del Sáhara, ¿quién lo logrará? Su designación como "enviado especial" del secretario general de la ONU, Kofi Annan, debe ser acogida con cierta esperanza. Aparte de la experiencia profesional que aporta como ex secretario de Estado, el nombramiento de Baker refleja que Estados Unidos está dispuesto a pujar por una solución.De hecho, es quizá el único país que puede llamar al orden a ambas partes, y en especial a Marruecos, para que flexibilicen sus posiciones. Aceptado tanto por Marruecos como por el Frente Polisario, Baker no se va a limitar a explorar las posibilidades del plan de paz teóricamente vigente y que en realidad está encallado desde que el Consejo de Seguridad decidiera el año pasado hibernar el referéndum de la antigua colonia española sobre la unión a Marruecos o la independencia. España había empeñado en esta consulta, prevista para 1992, esfuerzos políticos y técnicos, dinero e incluso la utilización de Canarias como base; las disputas en torno al censo han servido de pretexto formal para retrasarla sine die.
En tal situación, parece que la salida más razonable que defendía España, pero que probablemente Baker impulsará con decisión- es la de fomentar un diálogo directo entre Marruecos y el Polisario que permita ir al fondo de las cuestiones en liza, incluida la soberanía del Sáhara occidental. Baker, sin embargo, podrá comprobar rápidamente que, dada la correlación de fuerzas existente a favor de Marruecos, una solución realista pasa probablemente por fórmulas intermedias que permitan salvar la cara a ambas partes. La capacidad de persuasión de Baker y el respaldo de Estados Unidos a su mediación pueden resultar decisivos, pero más de veinte años de conflicto revelan que no va a ser fácil tampoco para uno de los arquitectos de la posguerra fría.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
- Opinión
- RASD
- James Baker
- Observadores internacionales
- Marruecos
- Frente Polisario
- Plan de paz
- Mediación internacional
- Sahara Occidental
- Política exterior
- Contactos oficiales
- ONU
- Magreb
- Relaciones internacionales
- Organizaciones internacionales
- Proceso paz
- África
- Relaciones exteriores
- Partidos políticos
- Conflictos
- Turismo
- Política