Pujol acusa al PP y al PSOE de esconder la discriminación financiera de Cataluña

El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, se mostró ayer profundamente conitrarIado por el comportamiento del Partido Popular y de los socialistas en el reciente debate sobre el Estado de las autonomías, porque los dos partidos han contribuido de nuevo a dar una imagen negativa de Cataluña. El rechazo de una moción de CiU para publicar todos los años un balance de las cuentas de las comunidades autónomas es, según el presidente catalán, "una manera de esconder que Cataluña sufre una discriminación financiera".

Pujol, ya por la noche, clausuró un seminario sobre las relaciones entre España y Cataluña en el que Juan Luis Cebrián afirmó que el nacionalismo moderado es un "baluarte de seguridad" para la democracia española.El presidente catalán se mostró convencido de que el Senado no ha aceptado la propuesta de la coalición nacionalista para que no quede constancia de que Cataluña aporta mucho más al conjunto del país de lo que recibe. "No prosperó", explicó, "porque se pondría de manifiesto que existe un trato hacia Cataluña". Pujol dijo por la mañana en Mollerussa (Lleida), donde acudió a inaugurar una feria agrícola, que nadie tiene derecho a reclamar claridad y transparencia si después sus socios en el Gobierno se la niegan en el Senado. "Nosotros la pedimos y pedimos que cada año se publique cuánto hemos aportado y cuánto hemos recibido", recalcó.El presidente catalán se quejó de lo difícil que resulta hacer entender el mensaje del hecho diferencial al resto de España con actitudes como las del PP y el PSOE en el reciente debate del Senado, donde, en su opinión, ambos partidos protagonizaron una especie de partido de tenis de mesa echándose mutuamente las culpas: "La mala imagen que tiene Cataluña en muchos aspectos es culpa de los dos".

Cambiar el lenguaje

Por la noche, durante la clausura de un seminario sobre Cataluña y España organizado en Barcelona por la Fundación Trias Fargas, el presidente catalán añadió que los resultados del debate para Cataluña no habían sido satisfactorios, "pero tampoco son definitivos y quizá es ahora una buena época para cambiar de lenguaje y de negociación". Esa buena época viene dada, a juicio del presidente catalán, por el buen momento económico, que no se veía: en España "desde hacía siglos".Sobre la falta de comprensión hacia el encaje de Cataluña en España había incidido por la mañana en ese mismo seminario el secretario general de Convegéncia Democrática, Pere Esteve. El debate sobre el Estado de las autonomías ha puesto de relieve, en opinión de Esteve, que "mientras CiU presenta una visión del Estado plurinacional, moderna y europea", se encuentra con "una falta de planteamientos alternativos, un no meneallo, no tocarlo, un puro inmovilismo", que atribuyó sobre todo a las comunidades autónomas gobernadas por el PSOE.El consejero delegado del grupo Prisa, Juan Luis Cebrián, y los escritores Vicenç, Villatoro y Josep María Puigjaner celebra ron en el mismo foro una mesa redonda que analizó las relaciones culturales entre España y Cataluña. En referencia a las declaraciones de Pujol de que Cataluña no se sentía cómoda en la actual situación española, Cebrián dijo mismo lo podía decir no sólo la mayoría de los catalanes, sino también la de los españoles. Asimismo, en referencia a la "soberanía compartida" citada por Pujol en el Senado, dijo que tampoco sería mala idea retomar la idea de la doble capitalidad de Madrid y Barcelona.

En su disertación, Cebrián señaló que los posibles abusos del nacionalismo catalán siempre serían infinitamente inferiores que los del nacionalismo español, porque el nacionalismo catalán es moderado. Esta moderación y su innegable sentimiento democrático "es un baluarte de seguridad para el resto de los demócratas españoles" ante los sentimientos antidemocráticos que están aflorando en algunos sectores del Gobierno español.

A última hora de la tarde, otra mesa redonda congregó, entre otros, al portavoz del grupo socialista, Joaquín Almunia; al de CiU en el Congreso, Joaquim Molins; al secretario de Estado para las Administraciones Públicas, Jorge Fernández Díaz, y al presidente de, Iniciativa per Catalunya, Rafael Ribó. El seminario fue clausurado por Pujol.