Los presidentes socialistas no logran que Aznar concrete las cifras del nuevo modelo de financiación

Dos no discuten si uno no quiere y los, no pactan si una de las partes se opone. Esta es la impresión que extrajeron ayer los socialistas en la segunda jornada del debate del Estado de las autonomías. De todas -las maneras posibles, incluso apelando al "respeto humano" pidieron los presidentes autonómicos socialistas al jefe del Ejecutivo, José María Aznar, que concretara qué cantidad obtendría cada comunidad con el modelo de financiación pactado con los nacionalistas. Según las extrapolaciones del PSOE, el gasto total oscilaría entre uno y dos billones de pesetas, algo que consideran imposible.

"Estamos todavía a tiempo de negociar", dijo el presidente andaluz Manuel Chaves, quizá sin querer asumir que minutos antes Aznar no les había invitado al diálogo, sino a que se sumen a lo pactado.Los socialistas. reconocieron con impotencia que no lograron arrancar al presidente del Gobierno unas cifras para luego llevarlas a sus respectivas comunidades y utilizarlas políticamente. Ante la actitud aséptica del presidente del Gobierno, los socialistas lanzaron una y otra vez sus preguntas sin obtener respuesta.

El presidente extremeño, Juan Carlos Rodríguez Ibiarra, hizo las delicias de los suyos y provocó la irritación de todos los demás. Ibarra pidió a Aznar que elevara el nivel del., debate, dado que, en su opinión, el día anterior se había mostrado "plano", con un discurso que muy bien podría haber pronunciado hace 12 o 15 años. Le reprochó Ibarra que se limitara a cuantificar funcionarios transferidos y cantidades dedicadas a los servicios; que ya gestiona cada comunidad autónoma.

José Bono, Manuel Chaves y el propio Ibarra pidieron a Aznar que diera cifras. En su opinión, si son ciertas las que han publicado determinados medios, el déficit público del Estado se elevará a niveles tan exorbitados que pondrá en peligro la entrada en la moneda única. Pero las respuestas no llegaron.

El PSOE no ocultó su decepción al comprobar que el presidente del Gobierno no tenía intención alguna de debatir con ellos. Enseguida se dieron cuenta. Iban a recibir leña de todos los presidentes autonómicos del PP, empezando por Manuel Fraga, quien sentenció que el Gobierno de la nación tiene la obligación de pactar con quien pueda "y no lo iba a hacer con el partido de Roldán".

Tanto Bono como Rodríguez Ibarra afearon a Fraga su conducta. Rodríguez Ibarra, en tono solemne, pidió por favor a todos los dirigentes del PP que dejen la costumbre de que cada vez que un socialista suba a la tribuna salga a relucir el ex director general de la Guardia Civil. "Todos tenemos manchas en la camisa, empezando por el PP que no quiso votar el título VIII de la Constitución, que regula el Estado de las autonomías, y sin él no se estaría celebrando este debate", advirtió Ibarra.

Los socialistas también hicieron oídos sordos a que no se les había invitado a negociar nada, al decir Chaves que todavía hay tiempo. Reproches y Más reproches se sucedían. El PP recordó que aumentará el fondo de compensación interterritorial y que habrá por primera vez dinero para nivelación de servicios. Los socialistas replicaron que, efectivamente, ellos no proveyeron cantidad alguna para ese capítulo, pero que el PP no debía sentirse orgulloso por su aportación de 10.000 millones, toda vez que sólo en Educación este año el presupuesto ha descendido un 2,5% con respecto al anterior.

Tampoco lograron los socialistas hablar de la concepción del Gobierno sobre la España de las autonomías. Aquí también les contestó Fraga, un tanto irritado, porque desde un partido "que hasta hace nada defendía a una clase y a una ideología", se le quiera dar lecciones de españolidad. "Yo he dicho siempre que España es lo único importante y asumo la España de los Reyes Católicos, de los Austrias, de los Borbones, de Pi i Margall...". Ahí se paró.