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EL DEBATE SOBRE LAS AUTONOMÍAS

Los Iíderes del PP reclaman para sus comunidades el techo de las históricas

Javier Casqueiro

¿Se puede decir lo mismo de siete maneras distintas? Sí, se puede. Ayer lo demostraron siete presidentes autonómicos del PP en la primera sesión del debate en el Senado sobre el estado de las autonomías. Los dirigentes populares, excepto Manuel Fraga, siguieron un mismo patrón de fondo en sus discursos: su aspiración a lograr el mismo "techo competenciaI" que las comunidades históricas.

A veces con la peculiaridad del idioma, y siempre con el matiz obligado de una lista peculiar de reivindicaciones pendientes en infraestructuras, todos ellos plantearon reclamacionesi parecidas, como más autovías y mejores ferrocarriles. La mayoría declaró enfáticamente su interés por evitar los agravios comparativos y demagógicosi y, aunque reafirmaron la evidencia de las "singularidades", apostaron por lograr ya, con la reforma de los estatutos de las autonomías de vía lenta (artículo 143), el mismo "techo competencial" para todos, que el de las históricas (151).El asturiano Sergio Marqués fue el primero de los presidentes del PP que se sometió al guión fijo. Anunció que ya está en el Parlamento regional la reforma del estatuto para aumentar las competencias y aportó el concepto de "principio de cooperación" entre administraciones al margen de las competencias que éstas desarrollen.

El cántabro José Joaquín Martínez Sieso intentó ofrecer un mensaje positivo del Estado, de la Constitución, de la diversidad y del Senado. Luego ya entró a considerar que sería más comprensible la "'singularidad" una vez que todas las autonomías de vía lenta tengan las mismas competencias que las históricas.

El riojano Pedro Sanz comentó que en su comunidad hay un consenso político para la reforma del estatuto y dijo que para los riojanos "es más importante el huevo que el fuero". Mencionó como elemento diferenciador "la calidad de vida" y ahí reconoció que su región ha partido en esta carrera con ventaja sobre otras.

El murciano Ramón Luis Valcárcel solicitó para su comunidad y para el resto las mismas competencias y el máximo nivel de autogobierno, alertó del reto de asumir muchas transferencias y acusó al anterior Ejecutivo socialista de discriminar a Murcia.

El valenciano Eduardo Zaplana, que alternó el valenciano y el castellano, puso el acento en el carácter "histórico" de su comunidad y en explicar que si ésta es rica no es por privilegio, sino por el esfuerzo de sus ciudadanos. Aderezó esta, idea con una larga lista de asignaturas pendientes en la que remarcó que su balanza fiscal con el resto de España arrojó en 1994 un déficit de 191.000 millones.

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El aragonés Santiago Lanzuela destacó el haber conseguido ya, el 30 de diciembre en el Congreso, la aprobación de la reforma de su estatuto que da a esta comunidad el rango de "histórica". Desde esa posición de privilegio, habló del respeto a las "peculiaridades", siempre que "ninguna comunidad atropelle a otra".

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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