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EL DEBATE SOBRE LAS AUTONOMÍAS

Pujol: "Cataluña no acaba de encontrar su lugar en España"

"Cataluña no acaba de encontrar su lugar en España". El presidente, catalán, Jordi Pujol, disparó ayer en el Senado esta descarnada sentencia contra su aliado, el presidente del Gobierno, José María Aznar, quien minutos antes había asegurado que la construcción del Estado de las autonomías está ya prácticamente terminada. Pujol afirmó, por el contrario, que la estructura autonómica "no está resuelta definitivamente" y advirtió que la ordenación del Estado sólo satisfará plenamente a la Generalitat cuando reconozca sin ambages que Cataluña "no es equiparable a la mayoría de las comunidades".

"Escucha, España, la voz de un hijo que te habla en lengua no castellana", escribió en 1898 el poeta catalán Joan Maragall, abuelo del alcalde socialista de Barcelona, Pasqual Maragall, como encabezamiento de una oda de aires regeneracionistas. Un siglo después, el "Escucha, España" de Maragall resonó ayer en el Senado en boca, del presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, para reafirmar su asunción del "hecho español", ensalzar la gran transformación experimentada por España en los dos últimos decenios, subrayar la contribución de Cataluña a, esa modernización y, sobre todo, reclamar el destierro definitivo de todo vestigio de la política autonómica del café para todosEl líder de CiU, que pronunció su discurso en catalán, se preguntó por qué, si Cataluña ha contribuido de forma tan decisiva a la superación de la decadencia de España y a su conversión en un Estado moderno, "de buen nivel europeo" y que, "por vez primera desde hace siglos contempla el futuro con confianza y sin temor"...; por qué, se interrogó, "entre Cataluña y el resto de España no acaba de haber un encaje claro y sin roces" que no obligue a la Generalitat a estar reivindicando constantemente.

La Constitución

Pujol insistió en que los nacionalistas catalanes no desean plantear una reforma de la Constitución ni del Estatuto para conseguir una diferenciación clara respecto de las demás autonomías, pero advirtió que cada vez les resulta "rnás difícil" resistirse a ello. Reiteró su apuesta por la vía de la negociación autonómica paulatina con el Gobierno "sin tener que introducir planteamientos de mayor confrontación", en alusión a una eventual reforma constitucional. Pero no se abstuvo de lanzar a renglón seguido una nueva advertencia: "No renunciamos a tener que hacerlo, aunque deseamos poder evitarlo".

Destacó Pujol que tiene la sensación de que en España no se acaba de considerar a Cataluña como un miembro más de los que constituyen la realidad española cosa que consideró "injusta y errónea". Cataluña, aseguró, es uno más a la hora de "contribuir más que nadie a la solidaridad interterritorial, a la estabilidad Y al progreso de España", pero precisó que, efectivamente, Cataluña no es uno más en todo, sino una realidad bien diferenciada, objetiva y subjetivamente, con una vocación autonómica que ni histórica, ni cronológica, ni políticamente es equiparable a la de la mayoría de las comunidades, autónomas".

El presidente catalán no pasó por alto la oportunidad de amonestar a socialistas y conservadores por haber utilizado la cuestión catalana como "arma demagógica y ofensiva de partido contra otros partidos y contra la propia Cataluña". Apoyó está amonestación en la experiencia de la implantación de la corresponsabilización fiscal en el sistema de financiación autonómica. En 1993, sugirió Pujol, cuando CiU pactó con el Gobierno del PSOE, las críticas llovieron desde el PP y sus comunidades autónomas mientras que ahora que el pacto de financiación ha sido suscrito por CiU y el Gobierno del PP los ataques proceden del campo socialista y de las autonomías que están gobernadas por presidentes del PSOE.

"Desde Cataluña esto sólo se entiende como una instrumentalización que rechazamos abiertamente", remachó el líder nacionalista después de pedir la colaboración de unos y otros para evitar en el futuro situaciones similares y hacer posible que, las cosas de Cataluña se miren y se planteen con más objetividad de lo que se suele hacer".

En la media hora que duró su discurso, Pujol repitió seis veces que no había ido al Senado para pedir nada más que una reflexión serena sobre las aspiraciones diferenciales de Cataluña.

También reiteró que, pese a su contundencia sus palabras no debían ser interpretadas como una inflexión radical del nacionalismo catalán, sino como la reivindicación honesta de un país, Cataluña, que hace votos por "una proyección ambiciosa en el futuro y en él mundo para toda España".Luego, en los pasillos del Senado, según informa Efe, Maríano Rajoy, ministro de Administraciones Públicas, señaló que el Gobierno seguirá desarrollando el modelo de Estado partiendo de la base de que "España es muy plural y hay muchos hechos diferenciales". Rajoy contestaba así a las demandas de mayor poder político para Cataluña formuladas por Jordi Pujol.Ahí está la Constitución y el Estatuto de Autonomía. Hay sin duda traspasos que hay que hacer, pero vamos a intentar ponernos de acuerdo en aquellos temas en los que lo tenemos más fácil y dejar de lado las discrepancias", añadió el ministro.Por su parte, el jefe del Ejecutivo evitó, ayer responder a Pujol. En una rueda de prensa con el presidente de El Salvador, Aznar se limitó a señalar "en clave general" que había apreciado en todas las intervenciones un "talante muy positivo" de búsqueda de acuerdos, de zonas de consenso y, sobre todo, una voluntad de avanzar en algo tan importante como ha sido "pasar de un Estado centralista a un Estado de las Autonomías".

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