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PULSO A LOS VIOLENTOS

Ocupar el terreno abandonado

La huelga de ayer, primera que Herri Batasuna promueve en el conjunto de Euskadi después de largos años en que se ha visto forzada a limitar sus convocatorias a ámbitos mucho más restringidos, fue un ambicioso ensayo general aplicado al indisimulado propósito de modificar decisivamente por la fuerza el curso de la política vasca. Pese al relativo fracaso obtenido ayer, el hecho mismo de la convocatoria viene a mostrar que el mundo de HB cree estar en condiciones de tomar la iniciativa, de convertirse en un problema no sólo político sino también social y económico de tal magnitud que le permita obtener el desistimiento de la sociedad vasca y doblegar finalmente la voluntad del Estado.En el plano más próximo, la huelga general buscaba complementar la escalada de la violencia terrorista y ocupar el espacio político cedido en los últimos tiempos por las fuerzas y el sistema democrático. Se trata de aprovechar la confusión y el desconcierto, las contradiciones del campo democrático, la aparente debilidad del sistema, para tomar posesión del terreno abandonado y escalar posiciones desde las que hacer irreversible el proceso.

Más información
La huelga convocada por HB apenas afectó al 7% de la población, según el Gobierno vasco

Desafío a la justicia

El desafío de los dirigentes de HB a la Justicia española, la ofensiva de ETA, la violencia callejera, la coacción descarada sobre la ciudadanía proclaman igualmente que éste es el tiempo de la "guerra total" y emiten el mismo mensaje de que sólo aceptando las condiciones de ETA podrá acabarse con el "conflicto vasco".

Es una batalla fundamentalmente psicológica en la que el mundo de la violencia terrorista busca vaciar los conceptos de violencia, paz, justicia, democracia y voluntad popular jugando a la permanente división de los contrarios desde la ventaja que le da el secreto y la férrea unidad de las posiciones propias.

Lo que está en juego es la voluntad de los vascos, el desistimiento general, la renuncia de aquellos que en un día como ayer mantuvieron abierto su local en terreno ocupado, mostrando una actitud, en ocasiones, fronteriza con la temeridad. Gentes cuyo comportamiento va, sin duda ' mucho más allá de lo que cabe pedir a la ciudadanía a la vista de la política de gestos unilaterales de distensión a la que se aplican determinados partidos y dirigentes políticos vascos partidarios de seguir lo que ha dado en llamarse tercera vía.

El ensayo en el campo de pruebas de la huelga general pretendido ayer por HB y la alarma que suscita la reciente sentencia absolutoria del jurado popular de San Sebastián invitan a poner a prueba la teoría de quienes sostienen que estos gestos voluntaristas son inocuos para la fortaleza democrática y no tienen efectos desmovilizadores en la sociedad vasca.

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