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La jefa de gabinete de Hillary Clinton recibió una donación de origen asiático para la campaña

No pasa un día sin una nueva re velación sobre la implicación di recta del matrimonio Clinton y Al Gore en el escándalo de la fi nanciación de la campaña demócrata para las pasadas elecciones presidenciales. La última es que, en marzo de 1995, John Chung, un millonario californiano de origen asiático, le entregó en plena Casa Blanca un cheque por 50.000 dólares (unos siete millones de pesetas) a Maggie Williams, la jefa de gabinete de Hillary Clinton. Chung, descrito por la Casa Blanca como "un fanentusiasta de la señora Clinton", organizó luego la asistencia de varios funcionarios chinos a la grabación de un mensaje del presidente.Pese a que las leyes prohíben el uso de instalaciones o empleados del Gobierno federal para solicitar o recibir fondos electorales, la Casa Blanca, aún reconociendo el hecho, dice que la ayudante de Hillary Clinton no cometió ningún acto delictivo.

Es la misma respuesta oficial dada cuando, el martes, se supo que la esposa del presidente aprobó un plan para qué el Comité Nacional Demócrata tuviera acceso a un banco de datos de la Casa Blanca con decenas de miles de nombres y direcciones. O cuando, el lunes, Gore confirmó que telefoneó desde la residencia presidencial para pedir di nero a contribuyentes potencia les. O cuando, hace una semana, se descubrió que Clinton había permitido el uso del dormitorio Lincoln para recompensar a los donantes más generosos. O cuando, a pocos días de las elecciones, empezaron a aparecer datos confirmando que la campaña de Clinton había recibido mucho dinero de particulares y empresas asiáticas. Clinton intenta cambiar de tercio el debate político norteamericano, pero sin el menor éxito.

Propone medidas populares como prohibir la clonación de los seres humanos, dificultar la compra de armas por extranjeros y mejorar la calidad de la enseñanza; viaja a su Arkansas natal, devastada por los tornados; recibe a Yasir Arafat con el calor reservado a los dignatarios amigos... y todo es en vano. El escándalo de la financiación de la campaña se le ha pegado a la piel.

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