Unos panfletos animan al alumnado a "dar caña a los profesores fachas"

Las coacciones se han trasladado también a los estudiantes del País Vasco, a los que se les amenaza con represalias si hoy acuden a sus centros de estudio. En un panfleto firmado por un colectivo autodenominado Herri Ekintza (Acción del Pueblo) repartido en los institutos se advierte: "Ir a clase supondrá apoyar la estrategia represiva del Estado, supondrá prolongar el conflicto y el sufrimiento en Euskal Herria. Quien apueste por esta opción, que tenga claro que no le va a salir gratis, que asuma las consecuencias de estar del lado del Estado. Que nadie venga luego lamentándose". En la octavilla se anima también a "dar caña a los profesores fachas y españoles" y a amenazarles por teléfono o atacar sus vehículos.El sindicato mayoritario en la enseñanza no universitaria, STEE-ElLAS, donde las juventudes abertzales tienen una presencia considerable, ha tildado de "antidemocrático" el encarcelamiento de los 18 dirigentes de HB. Esta central ha hecho un llamamiento a promover asambleas en los centros para discutir y exigir "un proceso de resolución de la situación de sufrimiento que vivimos".Tanto la patronal vasca Confebask como las cámaras de comercio han tachado de "intolerables" las amenazas y coacciones realizadas por la coalición HB con el reparto de panfletos en los que se pretende obligar a los comerciantes a parar y a ser "agentes activos" de la jornada de huelga.

En respuesta, ayer aparecieron en la capital vizcaína carteles firmados por las juventudes del PNV EGI-Abando en contra de la protesta con lemas como "Día 7, ¿huelga para qué?, ¿para apoyar a los asesinos?, ¿para apoyar a los fascistas? No gracias". En otro cartel se puede leer: "Día 7, díselo con tu trabajo, Estamos hartos. Alternativa Democrática: disparos por la nuca, coches bomba, autobuses quemados, ciudadanos apaleados, destrozos urbanos... Si te va, ya sabes, día 7 huelga".

Confebask cree que "las presiones que se están ejerciendo para impedir a los empresarios y, en particular, a los comerciantes, abrir sus establecimientos suponen un atentado directo contra el derecho al trabajo y una nueva muestra del fanatismo y la intolerancia".