La Ertzaintza triplica el número de agentes en calles y zonas industriales para evitar incidentes por la huelga

La Ertzaintza ha triplicado desde las dos de la madrugada de hoy el número de agentes que habitualmente tiene en las calles del País Vasco y en los polígonos industriales para intentar frenar la acción de los piquetes y de los comandos Y de apoyo a ETA. Los partidos del Pacto de Ajuria Enea, cámaras de comercio vascas y asociaciones de comerciantes habían exigido a Interior que proteja los derechos y libertades de la ciudadanía durante la jornada de huelga convocada para hoy por Herri Batasuna (HB) y apoyada por el sindicato LAB en protesta por el encarcelamiento de 18 dirigentes de la coalición.

El consejero vasco de Interior, Juan María Atutxa, garantizó ayer a los ciudadanos que protegerá sus derechos y libertades durante la jornada de huelga ilegal convocada por Herri Batasuna. Para eso, se movilizarán unos 5.000 agentes, lo que supone el triple de los que habitualmente hay en las calles y zonas industriales para que la jornada en Euskadi no se vea alterada "por el miedo y la imposición" de los convocantes.El ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, ha ofrecido a Atutxa toda la colaboración de su departamento, pero la seguridad en Euskadi recaerá sólo en la Ertzaintza. En cambio, Navarra será responsabilidad de las fuerzas de seguridad del Estado mediante un fuerte dispositivo reforzado con unidades desplazadas a esta comunidad.

Atutxa advirtió ayer que se procederá a identificar a los miembros de los piquetes y reiteró que el abanico de posibles multas va desde las 50.000 pesetas hasta los cinco millones. "Intentaremos", declaró en el Parlamento vasco, "mantener el orden y la posibilidad del libre tránsito de los medios de comunicación para que la sociedad pueda discurrir con normalidad; vamos a estar presentes en las calles, los transportes, y en todos aquellos lugares desde los que nos reclamen".

El Gobierno vasco pidió a los ciudadanos una postura firme frente a los intentos de HB de cerrar el comercio, los colegios y las industrias. "Nuestra obligación es dar seguridad al ciudadano, pero la sociedad debe estar dispuesta a no ceder al chantaje ni a la imposición de los intolerantes", explicó Atutxa, que reconoció, no obstante que "el miedo es libre" y que no hay fórmulas mágicas para desterrarlo.

Los objetivos de los grupos violentos que operarán hoy en el País Vasco y Navarra van desde los medios de transportes, hasta sociedades del Estado, entidades bancarias y empresas de trabajo temporal. Los autobuses urbanos de San Sebastián circularán mañana bajo escolta policial.

En un panfleto repartido en numerosos centros de enseñanzas medias de Euskadi bajo el título "Adelante con el sabotaje, que es un derecho de todos y todas", se señalan los objetivos concretos de los saboteadores: Las propiedades de Telefónica y de las empresas eléctricas, entidades bancarias, empresas de trabajo temporal y peajes de autopista están en el punto de mira de los comandos Y de apoyo a ETA. Estos grupos intentarán también evitar que los periódicos lleguen a los quioscos.

Las asociaciones de comerciantes del País Vasco, avaladas por la consejera de Comercio, Rosa Díez, ofrecieron ayer una rueda de prensa para informar que tienen previsto abrir hoy, pese a la "campaña de intimidación de Herri Batasuna", y para pedir protección de la policía.

Díez vaticinó ayer el fracaso de la huelga: "Si han necesitado 15 días para intimidar, 15 días para amedrentar, 15 días para obligar a cerrar a quien no quiere cerrar es porque se han convencido de que el conjunto de los ciudadanos vascos y, desde luego, en la actividad del sector de distribución comercial, han decidido no seguir ese llamamiento".

El sindicato LAB tiene una representanción genérica del 15% en la comunidad autónoma vasca. El nacionalista ELA-STV, mayoritario en el País Vasco, no apoya la huelga. UGT ha señalado: "No estamos ante una convocatoria de huelga general, sino ante la pura promoción de desórdenes públicos por quienes utilizan la fuerza y la violencia dada su debilidad en los centros de trabajo".