El rector Puyol denuncia la crítica situación económica de la Complutense

Rafael Puyol, el rector de la Complutense, la mayor universidad de España, con 127.000 alumnos, aprovechó ayer su comparecencia ante los diputados regionales de la Asamblea de Madrid para quejarse. Dibujó Puyol un cuadro dramático de la universidad que dirige" a la que consideró la cenicienta española. Tanto en subvención pública por estudiante para gastos de personal y mantenimiento como en dinero invertido por el estado para nuevas obras o mejora de las instalaciones, la Complutense es la última en la lista de universidades españolas.Según Puyol, que aludió a un informe elaborado por el gerente de la Universidad de Jaén, Juan Hernández Armenteros, con datos de 1994, la Complutense se queda a 26 puntos respecto a la media en subvención por estudiante (recibe 87.000 pesetas por alumno y año) y a 54 puntos en partidas para inversiones. En su comparación con las otras cuatro universidades públicas madrileñas de entonces (Politécnica, Carlos III, Autónoma y Alcalá de Henares), el desequilibrio en contra de la Complutense es aún mayor.

Réplica de la Comunidad

A estos datos replicó la Comunidad de Madrid. "Precisamente porque nos dimos cuenta de la insuficiencia presupuestaria de la Complutense, ampliamos las partidas, de forma que, en sólo dos años, hemos pasado de subvencionar con 248.000 pesetas por habitante a 306.000 en 1996, lo que significa un incremento del 27,5%, el mayor de las cinco universidades madrileñas", explicó Vicente Ortega, director general de Universidades de Madrid.

El rector no buscó culpables contempóraneos a esta situación, sino que cargó la responsabilidad sobre los gestores franquistas: "La Universidad Complutense sufre presupuestos insuficientes desde hace más de 30 años. No es un problema de 1997, sino histórico".

Tras exculpar a los actuales dirigentes autonómicos, que desde hace un año tienen la competencia sobre la política universitaria, Puyol anunció un problema que amenaza la salud financiera de la universidad. Las subvenciones que recibe la Complutense no llegan para abonar las nóminas de los 9.000 empleados que la mantienen activa, según Puyol. Según los datos ofrecidos ayer, el dinero público tan sólo alcanza para cubrir el 85,6% de los gastos de personal.

Este problema financiero tuvo su principal consecuencia hace algunos años, cuando. la Universidad Complutense dejó de abonar las cuotas de Seguridad Social e IRPF de sus asalariados, generando una deuda de 22.000 millones de pesetas, que el propio Tribunal de Cuentas advirtió en su informe de 1992. Este agujero será tapado por el Ministerio de Economía y Hacienda, según el compromiso adquirido por su titular, Rodrigo Rato, en una comparecencia en el Senado.

Además, el rector de la Complutense confesó en el Parlamento regional que todavía se están pagando obras de aularios finalizados hace tiempo para atender "el crecimiento explosivo de la escolarización".

"Estamos atrasadísimos, los más atrasados, en materia de seguridad de los viejos edificios. Algunas facultades, con investigación punta, están como hace 50 años". Del lamento pasó a los ruegos: "Sería necesaria una acción puntual de fuste para poner al día la parte mas clásica de la Complutense y equipararla en instalaciones a los últimos equipamientos universitarios, sean de nuestra propia universidad o de las más jóvenes que ya nacen con espléndidos servicios".

Remató el rector de la Universidad Complutense su discurso advirtiendo a los gestores regionales del PP sobre la incorrecta aplicación de los fondos para inversiones: "No creo que el goteo anual de partidas generales para inversiones, en igualdad de condiciones con las nuevas universidades de Madrid, puedan resolver los singulares problemas infraestructurales de la Complutense". Después, Puyol pidió un trato preferente.

Los dirigentes autonómicos no consideraron esta petición. "A la Complutense ya se le está dando más dinero que al resto para inversiones. Lo que ocurre es que su volumen es tal que un 10% en la Complutense son 10.000 millones y en la Carlos III, son 300", explicó Ortega.