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Diez kilómetros de la calzada romana de Guadarrama verán la luz y podrán ser visitados

Vicente G. Olaya

Un gigantesco proyecto arqueológico está a punto de convertirse en realidad. La Dirección General de Patrimonio ha comenzado a desenterrar las primeras piedras de la denominada vía XXIV: la calzada empedrada que Roma levantó para unir las actuales ciudades de Segovia y Alcalá de Henares. Patrimonio pretende desenterrar 10 kilómetros de calzada del total de 35 que aún podrían existir entre Galapagar y el puerto de la Fuenfría. El proyecto es recuperarlos y hacerlos visitables para revivir uno de los principales caminos que el Imperio Romano trazó en la Península.

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El proyecto de recuperación de la calzada surgió en 1994, cuando los arqueólogos de la Comunidad de Madrid acudieron a Galapagar (16.475 habitantes) para vigilar unas obras que se hacían a las afueras del casco urbano. El Ayuntamiento quería urbanizar unos terrenos donde supuestamente se encontraba un tramo de calzada. Tras inspeccionar la zona, el hallazgo se hizo evidente: la vía XXIV del emperador Antonino -que asciende hacia los montes del Guadarrama- se encontraba bajo sus pies.Sin embargo, hizo falta que pasara un año para que la. Comunidad de Madrid tuviese acabada definitivamente la llamada Carta arqueológica, dcumento donde se registran todos los yacimientos descubiertos o aquellos cuya existencia se considera probable. La carta, cuyo contenido sólo puede ser consultado por personas autorizadas por el Gobierno regional, les mostró el hallazgo al completo: unos diez kilómetros, de los 35 de la calzada, podrían sacarse a la luz fácilmente.

La idea de Patrimonio es que la reconstrucción de esta auténtica autopista romana, como la denoniman los expertos, cueste lo menos posible al erario regional. Ya se ha firmado un convenio con el Instituto Nacional de Empleo (Inem) para que proporcione el personal necesario para desenterrar el tramo de Galapagar: 600 metros ya son visibles.

Conservación perfecta

No obstante, los obstáculos son enormes: una parte del empedrado fue arrancado en los últimos 40 años para levantar vallas de separación entre fincas o construir chalés, otros tramos se encuentran bajo urbanizaciones y carreteras. "Sin embargo, entre las dehesas todavía se distinguen importantísimos trozos perfectamente conservados, a los que apenas hará falta retocar", relata Fernando Velasco, supervisor del proyecto. Patrimonio está a punto de llegar a acuerdos con la Confederación del Tajo, el Canal de Isabel II, el Ministerio de Agricultura y los ayuntamientos afectados -propietarios de la mayoría de los terrenos- para permitir el paso de los posibles visitantes a las parcelas atravesadas por la vía romana.Cuando los obstáculos sean insalvables (propiedades, privadas o cascos urbanos) se intentará que la ruta transite por cañadas y veredas cercanas. "En algunos momentos, no importará separarse de la calzada, porque el caminante podrá internarse en lugares también de interés", añade Velasco.

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El proyecto incluye la visita a decenas de monumentos que se sitúan a ambos lados del camino. Los arqueólogos consultados destacan, entre otros, los miliarios (mojones romanos) de Galapagar, el palacio de Monasterio (en San Lorenzo) o el pueblo medieval abandonado de Navalquejigo (El Escorial). "El trayecto proyectado", relata Arturo Mohíno, historiador que ha cooperado en este proyecto del Gobierno regional, "es espectacular. Se podrá pasar junto a restos visigodos, árabes y medievales".

Gracias a este proyecto ya se han descubierto y recuperado elementos del entorno de la calzada. En Galapagar, por ejemplo, se ha encontrado un ara romana junto a la iglesia parroquial. También se ha hecho pública la existencia de dos miliarios. "Los miliarios", explica Mohíno, "se levantaban a lo largo de la vía cada vez que ésta era arreglada, se conmemoraba algún acontecimiento o comenzaban obras de rehabilitación". El hallado en Galapagar sólo hace referencia al año 213 y al emperador Antonino.

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Sobre la firma

Vicente G. Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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