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López-Amor: "Mi pertenencia al PP no pone en duda mi imparcialidad, sino todo lo contrario"

El plan de Ridruejo está "equivocado de principio a fin", según el director de RTVE

Fernando López-Amor se presentó ayer ante la comisión de control parlamentario de RTVE para invocar al "diálogo" y el "consenso" como ejes fundamentales de su etapa en la dirección general del ente. También apeló a la independencia y pluralidad y restó importancia a su militancia, política en el PP, "un argumento que no pone en duda mi imparcialidad, sino todo lo contrario". De cara al futuro del ente, sólo dejó claro que no asume el plan de renovación preparado por Mónica Ridruejo, porque "está equivocado estructuralmente de principio a fin".

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"VOLUNTAD DE SERVICIO".

De entrada, Fernando López-Amor se presentó a sí mismo como un profesional independiente: "Mi independencia se basa en mis convicciones democráticas y mi profesionalidad es fruto de mi experiencia". Dos cualidades corroboradas por la mayoría de los grupos políticos representados en la comisión. Los más críticos, fueron PSOE y Partit per la Indepèndencia (PI).El portavoz socialista en la comisión, Joaquín Leguina, cuestionó la independencia del director de RTVE por su militancia política en el PP y los ataques que dirigió al PSOE en una entrevista concedida a Abc y El Mundo -en la que también vinculó al partido socialista con Jesús de Polanco, presidente del Grupo PRISA-.

Leguina puso en solfa la profesionalidad de López-Amor al recordarle que en su expediente como inspector fiscal figura una "falta grave por abuso de poder", según sentencia firme de la Audiencia Nacional. "Hágase un favor a usted mismo, al PP, a RTVE y al diálogo que predica, y presente su dimisión".

El portavoz socialista leyó también parte de una carta enviada por López-Amor a cada diputado popular el pasado día 7, cuando estaba recién nombrado para el nuevo cargo, en la que expresa su "voluntad de servicio" al Grupo Popular. El texto fue hecho en papel con membrete de RTVE.

"Pasar página"

Pilar Rahola, diputada de Partit per la Indepèndencia (PI), pidió con insistencia a López-Amor que al menos entonara un mea culpa por sus declaraciones a los medios antes citados, "algo que ha puesto en duda su neutralidad como director general de RTVE".López-Amor hizo caso omiso. "Sólo contestaré a las preguntas que se refieren a mi estricta condición de director general", matizó el responsable de RTVE. Su única referencia a las acusaciones vertidas por PSOE y PI fueron para comentar una intervención de Leguina en la que recordó las palabras de José María Aznar el 26 de mayo de 1994, cuando ase guró ante las cámaras de Tele 5 que no nombraría a un militan te de su partido al frente de RTVE: "Usted, señor Leguina, como político acreditado que es, sabe que a veces se dicen cosas que se cumplen, que se cumplen a lo mejor por los pelos, pero se cumplen; y el presidente del Gobierno cumplió su promesa y, además, yo creo que, como tal promesa, no viene en el programa electoral". "El presidente ha cumplido con mi predecesora [Mónica Ridruejo] y en aras del consenso hay que pasar página". Pero no todo fueron varapalos a la militancia de López-Amor. "Su perfil político, que no partidista, debe contribuir al diálogo", dijo Ricard Burballa, de CiU. Joxé Joan González de Txabarri, del PNV, celebró que "el director general de RTVE tenga una buena relación con el Gobierno".

José Manuel Peñalosa, portavoz del PP en la comisión, fue más contundente: "Usted ha sido un magnífico compañero en la Cámara ( ... ) y no tiene que pedir perdón a nadie, a ningún grupo político y ningún medio de comunicación, por ser director general de RTVE y haber sido diputado del PP; faltaría más".

Al margen del debate sobre la militancia política del nuevo director general, el bautizo de López-Amor ante la comisión de control parlamentario que preside Carmen Alborch estuvo repleta de una enunciación de buenas intenciones. Nadie puso trabas a la oferta de diálogo demandada con insistencia por López-Amor; y mucho menos a su petición de un "pacto de Estado" que defina la dimensión de RTVE, su modelo de financiación y un nuevo estatuto.

El nuevo director general tachó de "alarmante" la situación económica de RTVE. Al igual que lo había hecho su antecesora Mónica Ridruejo, López-Amor estimó que a finales del presente año, la deuda acumulada será de 440.000 millones de pesetas. Los gastos financieros previstos para 1997 ascienden a 37.835 millones.

'San Rodrigo Rato'

A la espera de ese posible pacto de Estado, López-Amor no concretó qué medidas piensa tomar para aliviar la situación. Sólo aseguró tajantemente: "No estoy dispuesto a asumir el Plan de Renovación [que elaboró el equipo anterior], que estructuralmente está equivocado diríamos que casi de principio a fin".El rechazo formal del proyecto de Ridruejo -conocido, como Plan Renove entre los trabajadores del ente público- era un gesto claramente destinado a calmar a una plantilla (9.500 personas) que, según dicho plan, debería ser reducida a la mitad.

Las palabras de López-Amor fueron recibidas con euforia por el portavoz del PP. Peñalosa, que en su primera in tervención había reclamado un "reconocimiento público para el equipo directivo anterior", respiró tranquilo: "Celebro la rotundidad de su no al Plan Renove por la alarma de despidos que se había extendido". Felipe Alcaraz, de IU, también aplaudió la retirada del plan, que, en su opinión, "fue encargado de manera forzada". Alcaraz pidió que el pacto de Estado reclamado por López-Amor "se haga a partir de un texto presentado por la dirección general de RTVE".

Conocidas las magnitudes económicas de RTVE, González de Txabarri espetó como colofón: "Que San Rodrigo Rato le proteja".

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