Los expertos no esperan reformas políticas a corto plazo

El sinólogo Brian Hook, editor de la Cambridge encyclopaedia of China, explicó ayer en Barcelona que no cree factible que la muerte de Deng Xiaoping vaya seguida de cambios rápidos en China. En su opinión, "no cabe esperar grandes cambios a corto plazo", y aduce como una de las razones "que este año, en septiembre u octubre, se celebrará el 150 congreso, del Partido Comunista de China".Hook es especialista en historia de China y ha sido profesor. en la Universidad de Leeds (Reino Unido) y editor de la revista The China Quaterly. Ayer intervino en un seminario que se celebra en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona dedicado a analizar la integración de Hong Kong y Macao en China, cuyas sesiones terminarán hoy. "Fuera de China", dijo Hook, "se tiende a anticipar cuál pueda ser la solución a los problemas".

Las contradicciones actuales en China, explicó Hook, parten del proceso de modernización, de la desigualdad en la distribución de bienes". "Hay problemas sociales, y en China, los problemas sociales son problemas políticos. De todas formas, el progreso económico actual en China es tan grande que eclipsa otros problemas. La gente es consciente del crecimiento que se produce cada año", señaló Hook.

El asunto es saber cuál será la actitud de los dirigentes chinos, cómo reaccionarán los líderes políticos de las provincias y los militares". "Hay que ver si se deciden a asumir que el problema de la desigualdad sólo puede ser resuelto siguiendo con el proceso de modenización", precisó.

Nuevo liderazgo

Probablemente, lo que ocurra estará muy vinculado a quién sea el nuevo líder. "En 1982, ni el ala izquierda ni los conservadores del partido comunista manifestaban especial confianza respecto al proceso de modernización, y la actitud de Deng fue decisiva. Sin la autoridad de Deng Xiaoping apoyando decididamente la modernización económica en China, no se hubiera producido el boom de los últimos años".Hook no ve fácil, en cambio, un proceso de privatización de la economía. "En China sería hay muy problemático", afirma. "En Occidente, las privatizaciones han sido, en general, un éxito y se han llevado a cabo sin graves destrucciones del tejido social, pero en China esto sería muy difíciI porque buena parte de las empresas estatales son muy ineficientes y tienen grandes pérdidas".

Otra cuestión, añadió Hook, "es si podrá haber una evolución pacífica hacia los derechos humanos, que son vistos como una subversión hacia. el partido comunista".