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REPRODUCCIÓN: LUCHA CONTRA LA ESTERILIDAD

El estudio de la fertilidad masculina, clave para mejorar los métodos anticonceptivos

Todas las armas de que dispone la ciencia para combatir la infertilidad son aplicables como métodos anticonceptivos, lo cual supone matar dos pájaros de un tiro, según explicaron la semana pasada en Valencia los expertos asistentes al VII Simposio Internacional sobre Fertilidad y Anticoncepción Masculina, organizado por el Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI).La inyección de testosterona para reducir la producción de espermatozoides en el hombre se perfiló como el método anticonceptivo más eficaz, por encima del preservativo y la píldora femenina. La posibilidad de que un hombre vasectomizado pueda ser padre sin tener que volver a pasar por quirófano -mediante la extracción de esperma testicular-, o la anticoncepción llevada al último extremo -impedir que el embrión se pegue al endometrio cuando se ha realizado un coito sin protección-, fueron temás centrales del simposio.

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La reunión contó con la presencia de Jan Tesarik, el primero en el mundo en lograr -una gestación con espermátides. Tesarik, que actualmente desarrolla sus investigaciones en París, explicó la importancia de poder gestar un hijo a partir de las espermátides (las células progenitoras del espermatozoide) para aquellos casos en que el proceso de desarrollo de la célula se interrumpe.

Hormonas en el deporte

"Hasta ahora era impensable la fecundación a partir de la es permátide, debido a que al ser una célula redonda podía con fundirse con otro tipo de glóbulos, pero gracias a la inyección intracitoplasmática (ICSI), ese impedimento está superado y ya es posible inyectarlas en el ovocito", explicó. Pese a ser el primero en lograr una gestación por este sistema, Tesarik sabe que el éxito de la inyección de espermátides de varones poco fértiles es limita do. "En estos momentos estamos profundizando el diagnóstico para saber por qué en unos casos se fecundan el 80% de los óvulos y en otros ninguno".Preocupado igualmente por la contracepción, Tesarik puso el ejemplo de las sustancias anabólicas que toman los deportistas para aumentar su masa muscular -que los convierte en subfértiles al reducir su producción de esperma-para defender los tratamientos hormonales como anticonceptivo. "Es mejor frenar la espermatogénesis que atacar a los espermatozoides", dijo. Precisamente lo que se busca en estos momentos es una píldora masculina que pueda tener efectos reversibles y produzca una bajada brusca de espermatozoides sin cortar la líbido.

Los últimos estudios con inyecciones de testosterona en los varones revelan que una sola inyección semanal disminuye la cantidad de espermatozoides, en el 40% de los casos, por debajo de los niveles considerados normales (3.000.000), mientras que en el 60% restante, una sola dosis llega a producir una total azoospermia -ausencia de espermatozoides-.Según Antonio Pellicer, codirector del IVI, este nuevo método anticonceptivo es por el momento el más eficaz, ya que el riesgo de embarazo queda reducido al 0,8%, frente al 12% del preservativo y el 3% de la píldora femenina (según un estudio basado en mil ciclos usando el mismo método).

Los efectos son además reversibles, puesto que cuatro meses después de interrumpir el tratamiento, el hombre recupera el nivel normal de espermatozoides. El único inconveniente es que en el 10- 15% de los casos, la reducción de la espermatogénesis afecta a la líbido y, como señala el director médico del IVI, Carlos Simón, resulta poco práctico que el hombre tenga menos deseo sexual cuando lo que busca es poder realizar el coito sin dejar embarázada a su pareja.

El mensaje de Simón acerca de un, método tan conocido como la vasectomía fue muy claro: "Señores, déjense de cirúgia reparadora". Lo que viene a significar que se ha acabado la leyenda de los hombres deshauciados. Si hasta ahora no había más remedio que acudir a un banco de semen o someterse a una intervención quirurgiza para reconstruir la obstrucción, la revisión de la capacidad reproductora del hombre vasectomizado demuestra que se puede ser padre manteniendo la esterilidad temporal. "Basta con extraer espermatozoidesde los testículos mediante biopsia e inyectarlos después con el método ICSI", explica José Remohí, otro de los expertos del IVI. Remohí afirma que el 90% de los hombres sometidos a vasectomía que quieren ser padres de nuevo responden a uno de estos tres casos: la pérdida de un hijo, el cambio de pareja o una variación en el estatus económico-social.

Lo único que se requiere es que tenga espermatozides (con 8 ó 10 recuperables ya es suficiente). Remohí considera además que los bancos de semen, tal y como se les conoce en la actualidad, van a tender a desaparecer progresivamente: "Es mucho más lógico un autobanco, para que la pareja decida sobre sus futuras gestaciones".

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