Alarcón, virtual presidente de Ecuador y tercer jefe de Estado en una semana
Poco antes de que, en una movida sesión plenaria, el Congreso de Ecuador se dispusiera a nombrar la pasada madrugada a su presidente, Fabián Alarcón, como jefe de Estado interino, la presidenta temporal saliente, Rosalía Arteaga, lanzó acusaciones de extrema gravedad. Durante la crisis de los tres presidentes comprobó que en Ecuador "todo está en venta, hasta los principios y las conciencias". "En todas partes campea el chantaje y la desvergüenza", denunció la mujer que se considera despojada de sus derechos constitucionales.
, A primeras horas de la tarde (la madrugada de hoy en España), Alarcón disponía de los votos suficientes para hacerse con la jefatura del Gobierno hasta las elecciones generales de la primera mitad de 1998 en el país andino, desangrado institucional y económicamente durante el aprieto más grave de su reciente historia. La crisis de los tres presidentes parecía llegar a su fin.En una alocución desde el Palacio presidencial Rosalía Arteaga declaró: "Parecería que vivimos en un baratillo donde la única forma de medir la vida fuera el dinero y el poder. Siendo repugnancia". Arteaga, que ofreció su renuncia a los parlamentarios, piensa escribir un libro sobre las tropelías que dice haber sufrido y llamó a una consulta popular sobre la conveniencia o no de convocar una Asamblea Constituyente y sobre quién deba suceder al presidente en caso de ausencia definitiva de éste. Una de las preguntas propuestas interroga sobre si ella tenía o no derecho a la jefatura del Estado. Arteaga, pese a sus acusaciones, dijo que permanecería como vicepresidenta y únicamente renunciaría si la consulta le es desfavorable.
Persuadida 'manu militari'
La reticente presidenta temporal fue persuadida manu militari de la necesidad de acatar la decisión del Congreso para evitar el regreso a la virulenta crispación nacional. de la pasada semana. "¿No será que detrás de todos estos argumentos se esconde una actitud malsana y abominable como el machismo que pretende desconocer la capacidad de una mujer para dirigir los destinos de una nación?". Rosalía Arteaga evitó ceder el mando porque niega al Congreso competencias para designar una jefatura interina.
"Esta noche el Congreso pretende fraguar el delito de la inconstitucionalidad basada en una supuesta representatividad del Congreso. Lastimosamente parece que siguen primando los intereses y las ambiciones". Hasta última hora Arteaga se mantuvo firme en esa tesis pese a haber aceptado el acuerdo parlamentario que la nombró presidenta temporal en sustitución de Abdalá Bucaram, apartado con cargo de enajenación mental. Y como ocurrió durante el desarrollo de la crisis, las instrucciones castrenses determinaron el comportamiento político. La abogada Rosalía Arteaga, cortésmente conminada por los generales y almirantes del comando conjunto, prometió acatar la resolución parlamentaria. Así lo hizo saber Nelson Robelly, ministro secretario general de la Administración y uno de los hombres de confianza de Arteaga, en una comparecencia ante la prensa. Quedaba claro, pues, que, Alarcón se perfilaba como presidente interino por dos veces en seis días. Nunca como ahora el texto fundamental ecuatoriano había sido tan manoseado: unos y otros lo interpretaron, o manipularon en provecho propio, y llevaron la crisis de los tres presidentes a situaciones grotescas. El país sumó méritos para incorporarse a la categoría de república bananera.
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