Las demoras para lograr el diagnóstico se generalizan en todas las regiones
Las listas de espera del ginecólogo o el traumatólogo, más graves que las quirúrgicas
Hay una lista de espera que no aparece en los programas electorales de los partidos. Es el tiempo que tardan los pacientes en que el médico simplemente les vea para decirles lo que tienen. En un área populosa del Insalud en Madrid se pide hoy una primera cita para el ginecólogo y se consigue para 355 días después; 10 días más se tarda en ver al alergólogo. El problema afecta a casi todas las regiones. En Barcelona, cuatro meses de demora en traumatología y pruebas diagnósticas. Mientras los políticos afirman propósitos de enmienda, los pacientes se preguntan: ¿qué pasa si es grave?
, Lo de Consuelo no era estrictamente grave. Pero para ella, a sus 72 años, tardar más de dos meses en recibir tratamiento desde que se fastidió la rodilla es tiempo de dolores y mala vida. "Del médico de cabecera me fui al traumatólogo. Me mandan hacer radiografías y a los 10 días me dan nueva cita, pero me atiende otro distinto", empieza el relato de su experiencia en un centro del barrio madrileño de San Blas. "Al final me dijo que necesitaba unas corrientes; para lo que tenía que esperar dos meses. Una señora que había allí me dijo que qué suerte había tenido porque lo normal era esperar más".Lo del suegro de Amalia S. podía haber sido peor. Esta vez en Córdoba. "El año pasado, sobre julio, fue al médico de cabecera porque goteaba orina y tenía molestias en el vientre. Le remitió al urólogo y le citaron para enero de este año", cuenta Amalia. "Como se sintió peor, terminamos yendo a urgencias y a través de un conocido conseguimos agilizarlo todo". El paciente fue operado finalmente de un tumor en la vejiga.
Desde el ministro de Sanidad, José Manuel Romay, hasta los técnicos sanitarios autonómicos admiten que el verdadero problema sanitario está en las listas de espera para diagnóstico y no tanto en las quirúrgicas. Funcionan como un círculo vicioso que va del cuello de botella de las consultas al colapso de las urgencias y vuelta a empezar.
Abandonos
Rafael Matesanz, director de Atención Primaria y Especializada del Insalud, explica que un 20% de los citados en primera consulta finalmente no acuden. Pero reconoce a renglón seguido que, o bien han sido atendidos por urgencias, o se han ido a un centro privado, o simplemente, aguantaron y pasaron los síntomas que les llevaron al médico. "La situación es preocupante y representa un problema asistencial grave", afirma. Mayor demanda de la población; falta de licenciados en algunas especialidades y descoordinación entre los dos niveles asistenciales son algunas de las causas que apunta.
Los mayores colapsos se producen en ginecología, traumatología, alergología, oftalmología y pruebas diagnósticas sofisticadas. El primero que lo percibe es el médico de familia que remite a su paciente al especialista. Mario Soler, de un centro de salud de Molina de Segura, en Murcia, dice que los pacientes "lo viven a veces con gran conflictividad porque deslegitima el sistema". El especialista, en este caso Tomás Toranzo, médico de urgencias en el hospital Virgen de la Concha (Zamora) añade: "Son pacientes en estudio, que no aparecen en ningún sitio, y esta palabra tranquiliza muchas conciencias, pero a ellos les afecta. La ansiedad puede aumentar su patología y la angustia condiciona su estado vital".
Aviso de urgencia
Los médicos pueden poner una cruz de urgencia en la petición de cita en caso de tener indicios de gravedad. A veces hasta con eso hay que esperar. "La lista viene en parte por la demanda que se autogenera en la especializada. Y quizá muchas de las segundas y terceras consultas del especialista se podrían suprimir derivando al paciente de nuevo a su médico de familia para que vigile su tratamiento. Además", añade Soler, "muchas veces tenemos que mandar al paciente al especialista sólo para que le indique unas pruebas que se podrían solicitar desde el centro de salud y así ganar tiempo para el paciente". Pone el ejemplo de una ecografía, con indicios claros de piedras en la vesícula o una gastroscopia, por úlcera gástrica.
Estas son dos grandes batallas de la medicina familiar, como explica Albert Planes, presidente de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (SEMFIC). "Lo importante sería que la atención primaria actuara como verdadera puerta de entrada al sistema; que sirviera para definir con claridad qué servicios requiere en segundo nivel asistencial".
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