Moscú acepta y Washington examina un plan francés de discutir sobre la OTAN
El Kremlin dijo ayer que está dispuesto a participar en la cumbre de cinco grandes (Alemania, EE UU, Francia, Reino Unido y Rusia), propuesta para el mes de abril por el presidente francés, Jacques Chirac, con el fin de llegar a un acuerdo con Moscú sobre la ampliación de la OTAN. La respuesta de EE UU a la iniciativa del Elíseo fue dubitativa. Tras una gélida reacción del Departamento de Estado, la Casa Blanca se manifestó dispuesta a "examinar" la idea. Javíer Solana, secretario general de la OTAN, dijo que tal cumbre no es urgente.
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Los rusos, por el momento, se oponen categóricamente a los planes de ampliación de la Alianza Atlántica y han emprendido una ofensiva diplomática para tratar de convencer a Occidente de la necesidad de llegar a un acuerdo antes de esa extensión hacia el Este y así evitar un retorno a la atmósfera de guerra fría. "Lo importante para nosotros es el contenido de la cumbre y su preparación detallada. En la reunión de los cinco grandes hay que encontrar una salida, un resultado que sea realista y que convenga a todos", dijo el portavoz del Kremlin, Serguéi Yastrzhembski.La idea de esta cumbre a cinco aparentemente pertenece al canciller alemán Helmut Kohl y ha sido apoyada abiertamente por Chirac. Ambos discutieron la idea con Yeltsin en sus respectivas recientes visitas a Moscú. Los temas de la reunión serían, según los rusos, las relaciones entre Rusia y la OTAN y la "adaptación a las nuevas realidades" del tratado de reducción de armas convencionales en Europa.
Moscú está seriamente preocupado por los planes de ampliación de la OTAN y desearía obtener ciertas garantías de parte de la Alianza, como la de no emplazar armas nucleares en territorio de los nuevos miembros. Rusia quiere que el acuerdo a que se llegue no se limite a una declaración política, sino que sea un tratado que deban ratificar los Parlamentos de todos los países miembros de la OTAN
Control armamentista
El Kremlin también desea revisar el tratado de reducción de armas convencionales en Europa, concretamente las limitaciones que se establecen para las zonas de flanco sur y norte. Además, Rusia exige que como resultado del ingreso de la República Checa, Polonia y Hungría -previsto para la reunión de Madrid en julio- no aumente el nivel máximo general de armamentos de la OTAN. Esto significa que los miembros de la Alianza deberían reducir sus cuotas, individuales de armamento.
En Washington, la acogida a la idea fue gélida. "El Gobierno de EE UU no ha recibido ninguna propuesta sobre una reunión semejante ni la ha discutido, ni con el Gobierno francés ni con nadie", señaló por la mañana el portavoz, Nicholas Bums. Luego trascendió que la Casa Blanca está dispuesta a considerarla, quizás como un gesto de buena voluntad de Clinton para con Víktor Chernomirdin, el primer ministro ruso de visita oficial en Washington y al que hoy recibirá en la Casa Blanca.
Francia y Estados Unidos llevan ya una larga temporada de desencuentros diplomáticos y el no de Washington a la nueva iniciativa francesa era predecible. Además, París avala la entrada de Rumania en la Alianza junto a sus vecinos, una propuesta de la que un comentarista del semanario Time ha escrito que Washington "considera, de entrada, risible y, después de un análisis, simplemente incomprensible".
Solana, de visita en Budapest, comentó con respecto a la idea: "Por lo que yo sé es algo que está todavía a nivel de sugerencia, nada más. No he hablado con nadie de Bruselas sobre ello. Si lo hubiera considerado urgente lo habría hecho."
La cumbre entre Clinton y Yeltsin ocupó la parte principal de la primera jornada de la visita a Washington que ayer inició Chernomirdin, quien señaló que esa cumbre bilateral se celebrará probablemente en la segunda mitad de marzo y que se trata de "una reunión muy importante".
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