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Los mediadores logran importantes avances para entablar negociaciones entre el MRTA y Fujimori

Juan Jesús Aznárez

La crisis de los rehenes salió de un prolongado punto muerto después de que la Comisión de Garantes, encargada de avalar el cumplimiento de una eventual solución pacífica, se reuniera ayer con Néstor Cerpa Cartolini, jefe del comando que desde hace 52 días se mantiene atrincherado con 72 rehenes en la residencia del embajador japonés en Lima. El obispo de Ayacucho, Juan Luis Cipriani; el jefe del Comité Internacional de la Cruz Roja en Perú, Michel Minnig, y el embajador de Canadá, Anthony Vincent, permanecieron tres horas en la sede diplomática. A su salida, Cipriani declaró que observa "avances positivos" hacia la celebración de un diálogo sin condiciones previas.

, La Comisión de Garantes trató de persuadir al comandante Evaristo de la necesidad de comenzar las "conversaciones preliminares", cuyo inicio supondría que las partes aceptan el diálogo directo sin condiciones previas. "Espero", dijo Cipriani, prelado muy cercano al presidente Alberto Fujimori, "que con las oraciones de todos vayamos encontrando la luz para la solución pacífica".Hasta ahora, no fue posible negociar porque Fujimori rechazó discutir la liberación de los 458 presos del Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA), y Cerpa Cartolini exige que sea el punto fundamental de la agenda. Al menos públicamente, ni el Ejecutivo ni el MRTA han renunciado a sus posiciones de principio. La mayoría de los comentaristas pide al Gobierno que se siente a hablar "de todo", sin que ello signifique que vaya a ceder. Por otra parte, el ministro de Educación, Domingo Palermo, interlocutor del Ejecutivo en la crisis, anunció la incorporación a la Comisión de Garantes, en calidad de observador, del embajador en funciones de Japón en Lima, Terusuke Terada.

El principal trabajo de Terada será "comprobar" que se agotan todos los pasos comprometidos por Fujimori y el primer ministro nipón, Ryutaro Hashimoto, en la cumbre de Toronto, para resolver sin sangre la crisis. Tras imponer sus tesis conciliadoras y descartándose por ahora un desalojo violento de la sede tomada por las armas, Hashimoto tiene prisa. El miércoles instó a que se reanudara el diálogo antes del viaje a Londres de Fujimori para asistir, el próximo día 10, a la Conferencia Económica sobre América Latina. Caso contrario, manifestó, "se desperdiciaría el tiempo". Fue tal la alarma de Japón por el tiroteo del 27 de enero, día en que un miembro del MRTA disparó contra la tripulación de una tanqueta policial que participó en maniobras de amedrentamiento, que su Gobierno prepara un "canal de comunicación directa de 24 horas al día" con Fujimori para "coordinar" esfuerzos.

Agenda a negociar

El carácter reservado de los contactos impide conocer cuál será el contenido de las "conversaciones preliminares", que deberán establecer la agenda a negociar en posteriores reuniones. Según el analista Fernando Tuesta, con un criterio ampliamente compartido, el documento base debe incluir aspectos generales susceptibles de irse concretando, y determinar asimismo pautas que abran paso a una negociación cuyo objetivo central a largo plazo sería la pacificación del país.

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"Este acuerdo debe significar que los emerretistas depongan las armas, pero también implica que el Gobierno se siente a conversar como lo hizo con Sendero Luminoso". Tuesta sostiene que avanzar hacia un acuerdo sobre la situación de los presos del MRTA y las mejoras carcelarias no es difícil: "Debe solucionarse considerando que la idea de la sanción es privarles de libertad. No se trata de torturarles".

Aunque Cipriani advirtió que "una salida pacífica no puede violar el orden jurídico nacional e internacional es casi seguro que una solución negociada obligará a un "reacomodamiento" en la interpretación de determinadas leyes, o la promulgación de alguna norma nueva. Mientras tanto, para ganar tiempo, el Ejecutivo peruano busca un país de asilo. La República Dominicana surge como la opción más viable, de momento, para acoger a los asaltantes. De regreso de Washington, Fujimori se entrevistó durante más de una hora con el presidente de ese país, Leonel Fernández, y después el embajador nipón en Santo Domingo hizo lo propio. "Tenemos que trabajar por encontrar un país o países que quieran concederles asilo, aunque creo que va a ser muy difícil", declaró Fujimori.

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