Australia abre el camino para prescindir de Isabel II y convertirse en república

Sydney - 05 feb 1997 - 00:00CET

, Una convención popular de las que no se han visto en Australia en el último siglo fue convocada ayer por el Gobierno conservador para finales de este año, con el fin de que abra el camino del cambio constitucional para convertir esta monarquía dependiente del Reino Unido en república. Después de debatir vigorosamente el republicanismo durante los últimos cinco años, los australianos supieron ayer que se ha dado el primer paso concreto para darles la posibilidad de votar el fin de la reina Isabel II como jefa de Estado.Irónicamente ha sido un monárquico convencido, el actual primer ministro conservador, John Howard, el que ha tomado la iniciativa. Howard dijo al Parlamento en Canberra que la convención sobre los cambios constitucionales se celebrará en esa capital en noviembre o diciembre. La mitad de los delegados serán elegidos por votación popular, y una "proporción adecuada" de ellos serán aborígenes y gente joven. El resto será designado por el Gobierno federal.

Si los últimos sondeos de opinión sirven de guía, la convención puede decidir que hay suficiente apoyo popular para la república, con lo que se avanzaría un nuevo paso: el referéndum para cambiar la Constitución y reemplazar a la reina por un presidente australiano como jefe de Estado. Y si eso sucede, Australia puede convertirse en una república hacia el año 2000 o, como máximo, el 2001, el centenario de la federación.

La prevista convención recuerda a otras celebradas en la década de 1890 para elaborar la Constitución con el monarca británico como jefe de Estado, bajo la cual Australia ha sido gobernada desde entonces.

Howard sorprendió a todos. Ha habido mucha especulación sobre que el primer ministro retiraría o retrasaría la convención constitucional, después de haberla prometido durante la campana electoral que le llevó hace ahora casi un año a la jefatura del Gobierno. Como líder de la coalición conservadora Liberal-Nacional, Howard se opone al republicanismo. El opositor Partido Laborista se ha declarado republicano.

Pero Howard ha sido empujado por los vientos que soplan. Diputados liberales prominentes se han manifestado republicanos en los últimos tiempos.

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