Se publican nueve libros inéditos del poeta Ángel Crespo

, Nueve libros inéditos, desde el canto dramático Amadis y el explorador o La realidad entera, que el poeta planeaba publicar cuando le sorprendió la muerte, hasta el Orfeo furioso, que anduvo siempre reservando en su trastienda, completan la abundante obra lírica de Ángel Crespo (Ciudad Real 1926-Barcelona, 1995), recién publicada por la Fundación Jorge Guillén en una cuidadísima edición de tres volúmenes, a cargo de Antonio Piedra y supervisada por la propia viuda de Crespo, la profesora de Literatura Pilar García Bedate.

Su imagen de poeta riguroso y transversal hasta lo irreductible -"Ser o no ser: he aquí el poema", había acuñado-, como "una corriente subterránea" y casi unigénere en el panorama español del último medio siglo, fue enarbolada el lunes durante la presentación en la Residencia de Estudiantes de Madrid.

"Siempre apostó por la apertura del clasicismo y las vanguardias hacia las nuevas posibilidades de expresión, y, en una palabra, por la proyección del pasado hacia el futuro, lo que le alejaba de las sucesivas promociones poéticas, a las que veía muchas veces preocupadas tan sólo por su propio presente", indicó Pilar García Bedate, quien trazó una sugestiva correspondencia entre el nomadismo de Crespo por diversas ciudades europeas y americanas y sus giros estéticos, desde el Postismo inicial hasta el realismo órfico de sus últimas entregas. Como señala Antonio Piedra, "lo importante en la poesía de Crespo es la expresión como traducción de lo inefable".

Testigo colectivo

"La poesía de Crespo es la de un testigo colectivo que nos enseña a no cejar frente a la diversidad y la inconexión de lo aparente", señaló el catedrático Claudio Guillén. "Sus metáforas vinculan dinámicamente los espacios distantes y los elementos primigenios, de tal modo que todo se asocia en un mundo no unitario, pero no por ello inapelablemente fragmentado".Guillén explicó que la poesía de Crespo afronta la moderna orfandad de un mundo derruido, y no ceja frente a algunos de sus aspectos cruciales, como la creencia de los vanguardistas en el futuro, la percepción de una plenitud humana o la cicatriz de la ausencia de la fé". "Su postura se basa en el recato de las pretensiones explicativas, la autenticidad de la interrogación, la conciencia del tiempo tan antiguo que une a todos los hombres", definió Guillén, para ilustrar su glosa con uno de los célebres poemas testamentarios de Ángel Crespo: "Morir será como cerrar el libro, / mas no será como apagar la luz ( ... ). Será, para quien va juntando / tanto disperso mundo, / no descansar, mas sí / dejar que otros reúnan / lo que juntó con lo que no he juntado".

César Antonio Molina incidió en el carácter "diversa y profundamente europeo" de la poesía de Crespo, emparentándola por igual con Dante y Saint John Perse, con Pessoa y con Eliot.